El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refirió el jueves a la posibilidad de una nueva reunión sobre el tema nuclear con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, seis semanas después de la segunda cumbre que ambos celebraron en Hanoi.
El mandatario estadounidense dijo, desde el Despacho Oval y acompañado de su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, que quería discutir con éste “posibles nuevos encuentros, más encuentros con Corea del Norte y con Kim Jong Un.”
Trump reafirmó que tiene buenas relaciones con Kim. “Esperamos que esto nos lleve a tener buenas noticias (…) para el mundo”, añadió.
“Disfruto de las cumbres, disfruto estar con el presidente” norcoreano, dijo. Kim es “una persona que conozco muy bien, y respeto y espero, y realmente creo que durante un período de tiempo, sucederán muchas cosas tremendas. Creo que Corea del Norte tiene un potencial tremendo”, añadió.
Una tercera cumbre continuaría con el avance histórico de Trump registrado el año pasado, cuando se reunió primero con Kim en Singapur, y luego en febrero tuvo otra instancia en Hanoi que terminó sin progresos en el objetivo de lograr que Corea del Norte hiciera concesiones en materia nuclear.
Tanto Trump como Moon están muy comprometidos en sacar a Corea del Norte del aislamiento, pero la cumbre fallida en Vietnam fue un revés para los dos aliados que aún debe ser superado.
Como forma de acercamiento, Trump había anunciado en marzo la cancelación abrupta de las sanciones impuestas por el propio Departamento del Tesoro contra dos navieras chinas para reforzar la presión internacional sobre Corea del Norte.
Desde el fracaso de Hanoi, el gobierno de Trump ha insistido en querer llegar a un “gran acuerdo” que permita la “desnuclearización definitiva y completa verificada de Corea del Norte” a cambio de levantar las sanciones que mantienen asfixiada la economía de ese país para presionarla por su controvertido programa nuclear.
Justamente Trump subrayó este jueves que “queremos que las sanciones se mantengan”, y resaltó que “había la opción de aumentarlas considerablemente…pero yo no quise hacer eso”.
Tira y afloja
La última cumbre se había disuelto en parte por las demandas de Pyongyang de un alivio inmediato de las sanciones para seguir discutiendo el asunto, mientras Estados Unidos ha dicho que no aceptará una desnuclearización gradual, sino rápida y total.
A pesar de las sanciones, Trump dijo el jueves que apoya acciones no especificadas de Corea del Sur para brindar ayuda humanitaria al país vecino. “Estamos discutiendo ciertas cuestiones humanitarias en este momento. Estoy de acuerdo con eso, para ser honesto”, dijo.
En Washington, el resultado de la última cumbre había derivado en elogios a Trump por parte de legisladores republicanos que estaban preocupados por que hiciera demasiadas concesiones en busca de gran prensa.
De todas formas, Trump continúa enfrentándose a críticas de que le falta profundidad y tono rígido en las conversaciones, que no le han reportado beneficio importante.
El presidente insiste en que, si bien mantiene una relación personal inusualmente buena con Kim, mantendrá una línea de negociación difícil. “A veces, tienes que caminar”, dijo Trump. Para Moon, las consecuencias han sido aún más complicadas.
Alcanzó la presidencia en parte gracias al compromiso de mantener aislada a Corea del Norte, impulsando la reanudación del turismo de surcoreano en el Monte Kumgang del Norte y las operaciones en el Complejo Industrial de Kaesong, donde las compañías del Sur solían estar conformadas por trabajadores del Norte.
Pero el plan de Moon para revelar detalles de tales proyectos el 1 de marzo, justo después de la cumbre de Hanoi, fue desechado y está bajo la presión de los oponentes de derecha. Un legislador lo calificó de “el principal portavoz” de Corea del Norte.
El propio Kim ha utilizado el punto muerto para denunciar las sanciones internacionales y advertir en términos coloridos y desafiantes que su país no se rendirá ante la presión internacional. /AFP