La Comisión Europea (CE) reconoció hoy que las conversaciones sobre el “brexit” con el Reino Unido han sido “difíciles”, después de que el negociador jefe de la Unión Europea (UE) para la retirada británica, Michel Barnier, y el ministro británico del ramo, Stephen Barclay, se reunieran el martes en Bruselas.
“Barnier informó a los comisarios de que, si bien las conversaciones tienen lugar en una atmósfera constructiva, las discusiones han sido difíciles. No se ha identificado una solución, en este momento, que sea consistente con el acuerdo de retirada, incluido el protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte, que como ya saben, no se reabrirá”, declaró el portavoz de la CE, Margaritis Schinas.
El portavoz del Ejecutivo comunitario se expresó en ese sentido durante la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de los comisarios europeos, en la que Barnier informó sobre el estado de las negociaciones con Londres.
La Comisión Europea no había dado parte en la tarde de ayer del resultado de la reunión entre Barnier y Barclay.
Junto al fiscal general británico, Geoffrey Cox, ambos mantuvieron una nueva entrevista el martes en la capital belga con el objetivo de lograr una fórmula que permita la ratificación del pacto de salida en la Cámara de los Comunes y sea aceptable para la UE.
La cita, que tuvo lugar cuando faltaban 24 días para el 29 de marzo, la fecha prevista de la marcha del Reino Unido, comenzó en torno a las 17.00 (16.00 GMT) y concluyó alrededor de las 21.30 (20.30 GMT).
Al llegar el martes a Bruselas, Cox declaró a Sky que “siempre hay esperanza” y que se están manteniendo “conversaciones razonables”, aunque descartó dar detalles y admitió que son unos debates “muy delicados”.
“Creo que estamos teniendo un diálogo muy constructivo en este momento”, comentó.
No obstante, las palabras del portavoz de la CE hoy apuntan en la dirección opuesta.
Tras el rechazo de la Cámara de los Comunes al acuerdo de retirada pactado entre la UE y el Gobierno británico, los diputados de Westminster pidieron a la primera ministra, Theresa May, renegociar con Bruselas la salvaguarda para evitar una frontera física en la isla de Irlanda incluida en ese documento.
Sin embargo, el club comunitario rechaza modificar el acuerdo y solo acepta revisar la declaración política sobre la futura relación.
La salvaguarda prevé que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único.
No obstante, ese remedio de emergencia solo entrará en vigor si Bruselas y Londres no han establecido una nueva relación comercial cuando concluya el periodo de transición, que en principio finalizará el 31 de diciembre de 2020 y durante el cual se seguirá aplicando la legislación comunitaria en el territorio británico.
Aun así, los diputados quieren garantías de que no se usará para atar al país a la UE de forma indefinida.
May aspira a someter a votación un acuerdo revisado el 12 de marzo, y si esto no es posible, o si el texto fuera rechazado, en los dos días siguientes se votaría si se quiere abandonar la UE sin pacto o retrasar la salida del bloque.
EFE