Pese a que les separan miles de kilómetros, China no pierde de vista lo que ocurre en Venezuela, publica BBC Mundo.
Por Tamara Gil – @_tamaragil
BBC News Mundo
Rusia, Turquía y China han sido los apoyos más destacados de Nicolás Maduro en la crisis institucional que enfrenta, después de que el líder opositor Juan Guaidó desafiara a Nicolás Maduro se juramentara como presidente encargado de Venezuela.
Pese a que Pekín no se ha mostrado tan vocal ni directo como la Rusia de Putin, las declaraciones del gobierno chino son interpretadas por los observadores de la política local como un respaldo de facto a Maduro.
“China apoya los esfuerzos realizados por el gobierno de Venezuela para mantener la soberanía, la independencia y la estabilidad nacional”, señaló la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Hua Chunying en rueda de prensa, un día después del acto de Guaidó en Caracas.
Hua remarcó además que Pekín “se opone a la interferencia extranjera en los asuntos de Venezuela”, en un aparente mensaje a Washington, el primer gobierno en reconocer a Guaidó y en instar a aumentar la presión internacional contra Maduro.
Fiel a su política de no interferencia en asuntos extranjeros, China se ha limitado a llamar a la calma, pero su preocupación por el desenlace de esta coyuntura no cesa.
Y es que Pekín, principal acreedor del gobierno venezolano, se juega mucho en el país sudamericano, coinciden todos los expertos consultados por BBC Mundo.
¿Por qué?
Vayamos por partes.
La clave del petróleo
Los estrechos lazos que hoy han entre China y Venezuela empiezan a construirse a principios y mediados de los años 2000, cuando se alinean los intereses de ambos.
Caracas, con Hugo Chávez en el poder, trata de diversificar los países a los que exportaba petróleo, su principal fuente de riqueza.
Pekín, que se encuentra en pleno proceso de crecimiento económico tras la apertura iniciada en los años 80, comienza a buscar nuevas fuentes de recursos para abastecer la demanda de su vasta población.
Por entonces, China ya es uno de los principales importadores de petróleo, por lo que la relación parecía destinada a darse.
“El petróleo es la razón más fundamental por la que China y Venezuela se unieron. China necesitaba mucho petróleo y Venezuela lo tenía”, resume en conversación con BBC Mundo Matt Ferchen, académico del centro Carnegie-Tsinghua de Políticas Globales que estudia el rol de China en el mundo en desarrollo.
La relación floreció desde entonces y ambos construyeron unos lazos basados en “acuerdos de financiación por petróleo”, recuerda Ferchen, quien considera un error ese tipo de relación que Pekín cultivó con Caracas.
Desde 2007 hasta 2018, Pekín prestó al país latinoamericano más de US$67.000 millones, según los últimos datos de financiación China-América Latina que maneja el centro de estudios Diálogo Interamericano y la Universidad de Boston.
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