Mucho es lo que se habla de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Para algunos es un lugar donde se “desarrollan los guerreros de las nuevas batallas por enfrentar contra las hegemonías del mundo” (yo tampoco se con qué se come eso) y para otros, es sencillamente la peor universidad del país. El caso es que siempre que se hable de esta universidad, la polémica seguramente florecerá.
La Casa de los Saberes fue creada en 2004 con la finalidad de ampliar la matrícula universitaria (escasa para ese entonces) y ofrecer una educación de vanguardia. Buenas fueron las intenciones de muchos profesores que intentaron forjar un camino académico distinto. Lástima que las cúpulas antiacadémicas hayan mandado al infierno, las nobles intenciones de muchos fundadores.
Para pesar de muchos, la Casa de los Saberes es hoy día, un recinto del oscurantismo, un lugar donde reina la antiacademia, la negación del pensamiento, el conocimiento y la investigación. Allí, es donde me han forjado. En esta alma máter, unos cuantos bastardos, hemos crecido; porque son contados los profesores y estudiantes que se deslindan de la oscuridad y se consagran a la búsqueda del conocer.
De estos maestros, se puede decir que representan un cobijo en aquella orfandad. Se preparan, investigan arduamente, se siguen formando para ofrecer a sus estudiantes una buena educación. Muchos de ellos en el exilio ya, así como muchos egresados, representan la bastardía.
Existen otros seres que dan clases, homúnculos de docentes, flojos e indolentes, que se deben al partido. Son la clase estúpida que forman parte de la feligresía chavista-madurista y aplauden sin cesar, aquello que diga el líder de turno, aunque ello contravenga lo que fue estudiado por muchos años en otras casas de estudio. Dichos lugares son generalmente UCV, UCSAR, UPEL, UDO, entre otras. Sépalo estimado lector, la mayoría de los profesores de la UBV son de la Central, lo cual devela también, el patético estado en el que se encuentra la casa que vence las sombras.
Pero hay otra clase de docentes que perturban. Son aquellos que ultra sabidos, bastante letrados, con doctorados en su investidura y hasta pertenecientes al Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC); rezan, oran, hacen misas y cánticos, prenden velas, y así andan, cual feligreses, cantando a viva voz y justificando lo injustificable. Esta gente me parece que es la más: ¿Mala? ¿Peligrosa?… Esta es la gente que forma parte de la banalidad del mal. Porque envían al matadero a cientos de jóvenes cada semestre y cuando se les pregunta ¿Usted dijo esto o aquello en contra del pensamiento libre y del conocimiento? ¿Usted mató aquél cerebro? Responden: yo no fui, yo solo daba clases.
Entonces, uno incrédulo vuelve y pregunta ¿Usted dijo y ofreció un artículo que evidencia la imposibilidad de que un niño desnutrido asista a un salón de clases, cuando los índices de nutrición infantil del país iban en picada y aun así la ausencia escolar era del 40%? ¿Usted apoya el uso de las armas de fuego en las protestas estudiantiles y la muerte de muchos? ¿Es en serio profesor, que ve con buenos ojos tener un rector cuya trayectoria académica son 5 minutos en comparación con la suya y la de sus colegas? ¿Apoya que un licenciado tenga potestad para otorgarle la investidura de doctor a quien tanto ha estudiado para llegar a ese eslabón? ¿Llegó a decir, que en su clase #NoSeHablaMalDeChávez? ¿Usted mató las ideas críticas de esos jóvenes? ¿Usted les dijo que había suficiente tierra para sembrar, diciendo al mismo tiempo que gracias a la “guerra económica” no se importaban granos? Vuelvo a la pregunta principal ¿Usted mató a esos jóvenes? Y dirán: “No, yo solo di clases. Yo di lo que debía dar.”
Y así como se justifican en la ideología, también justifican los atropellos contra sus compañeros y la persecución que les hacen, cuyas consecuencias es el exilio de más de un buen maestro. Para quedarse solos, en su infierno.
Los bastardos nos vamos, somos demasiado incómodos, demasiado “nube negra”, excesivamente apátridas. Nosotros, la bastardía ubevista, buscamos nuevos horizontes, nuevas luces que iluminen el sendero.
@HeisyVisionaria