El luto ha sido casi permanente en el piso cuatro del hospital José Manuel de los Ríos desde 2017, donde funciona el servicio de Nefrología. El año pasado, cuatro niños con insuficiencia renal fallecieron, dos de ellos en un mismo día. Todo parece indicar que el duelo se mantendrá este 2019: el dos de enero falleció una adolescente con esta misma condición.
Por: Juliett Pineda Sleinan | Efecto Cocuyo
Niurka apenas tiene 12 años y ya tiene miedo de morir. Teme ingresar a la unidad de diálisis, donde las máquinas limpian las toxinas acumuladas en su sangre, y salir con fiebre y escalofríos.
“Mamá, yo no quiero que me pase lo que le pasó a Frannlys”, le dijo a su madre el día después de que su compañera de diálisis murió.
El 21 de noviembre fallecieron Frannlys Herrera (16 años) en la mañana y Wilmelys Mendoza (9 años) en la tarde. Ambas pacientes tenían insuficiencia renal y una bacteria que las prendía en fiebre después de finalizar las sesiones en la hemodiálisis: la primera se infectó con estafilococo y la segunda con klebsiella.
El deceso de ambas marcó un año de duelo para quienes hacen vida en el servicio de Nefrología, quienes desde principios de 2018 pensaron que las medidas de protección otorgadas por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos evitarían que se produjera otro brote infeccioso como el de 2017, en el murieron cuatro niños.
Solo en 2018 fallecieron cuatro pacientes de Nefrología y en 2019, a 10 meses de las medidas otorgadas por el organismo internacional, se sumó la muerte de Mariángel Romero, una adolescente de 15 años.
Mariángel había estado hospitalizada en octubre del año pasado por una bacteria llamada escherichia coli. Todos en el servicio pensaron que estaba estable, pero después de su primera diálisis del 2019, presentó malestar y sangramiento.
A los pocos minutos de salir de la hemodiálisis, falleció.
Ese es el temor de Niurka, Andrés y Deivy, todos con insuficiencia renal, quienes aprendieron a notar las ausencias de sus compañeros en la sala de diálisis y se acostumbraron a las hospitalizaciones tras las constantes infecciones en los catéteres.
“Yo me siento impotente. Uno tiene a sus hijos allá adentro, estables, y no sabe qué puede pasar. Yo me pregunto cuándo me tocará a mí vivir lo que vivieron los padres de Frannlys”, dice Katiuska Salazar, madre de Niurka, ante los reclamos de su hija.
La ONG Prepara Familia denunció a principios de noviembre que entre 2017 y 2018 habían fallecido 19 pacientes del servicio. Hasta la fecha, el número de decesos en el servicio de Nefrología asciende a 22.
Plegarias no atendidas
Ni los padres ni los pacientes del J.M. de los Ríos han encontrado consuelo en las medidas de protección otorgadas por la Cidh en febrero del año pasado. Desde que el organismo regional pidió al Estado venezolano garantizar el derecho a la salud de los pacientes del servicio de Nefrología, han muerto cinco niñas y adolescentes. Todos los decesos ocurrieron en menos de un año.
Desde hace 10 meses, las plegarias de los padres siguen sin ser atendidas por las autoridades, sin importar la solicitud de la Cidh.
Uno de los puntos contemplados entre las medidas de protección era investigar las causas que provocaron el brote infeccioso en la unidad de diálisis en 2017.
Para el momento del contagio, se determinó que el agua del tanque que surte a la planta de ósmosis estaba contaminado y que ese líquido iba a parar a las máquinas que limpiaban la sangre de los niños.
Otra de las solicitudes de la Cidh es garantizar la limpieza regular de los tanques de agua que surten al hospital y a la planta de ósmosis, medida no se han cumplido según las madres de los pacientes.