Nicolás Maduro, asumió este jueves un segundo mandato de seis años, considerado ilegítimo por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la mayor parte de América Latina, que amenazan con aumentar la presión contra su régimen.
Maduro, de 56 años, se juramentó ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, de línea oficialista), en un acto al que no asistieron representantes de la UE, Estados Unidos, ni de la mayor parte de América, excepto un puñado de mandatarios aliados.
Al calificar la investidura como una “farsa” y a Maduro como “dictador”, el vicepresidente estadounidense Mike Pence aseguró que el gobierno de Donald Trump aumentará la presión contra lo que llamó “régimen corrupto”, lo que augura más sanciones.
En las primeras muestras del rechazo regional, Paraguay rompió relaciones, Canadá, Perú y Argentina denunciaron una “dictadura” y la Organización de Estados Americanos (OEA) declaró “ilegítimo” al presidente Maduro.
En una declaración, la UE lamentó “profundamente” que Maduro comience un nuevo periodo emanado de “elecciones no democráticas” y advirtió con tomar medidas si aumenta el deterioro de la situación en Venezuela.
La UE, Estados Unidos y el Grupo de Lima (13 países latinoamericanos y Canadá) desconocieron su reelección en los comicios del pasado 20 de mayo, boicoteados por la oposición, que los consideró un fraude.
En su investidura, el gobernante socialista acusó de “racismo” a la UE, a la que pidió respeto, y a Estados de Unidos de orquestar un “golpe de Estado”.
“Venezuela es el centro de una guerra mundial del imperialismo norteamericano y sus gobiernos satélites”, dijo al defender como “legítima” su juramentación y pedir una cumbre latinoamericana para abordar la situación.
El poder de los militares
Heredero político del fallecido líder socialista Hugo Chávez (1999-2013), el exchofer de bus y exsindicalista gobierna con mano fuerte tras sacar del juego a sus adversarios, con el control institucional y el decisivo apoyo de los militares, a quienes dio enorme poder.
Con su banda presidencial, Maduro acudió a la Academia Militar, donde, en parada militar, 4.900 oficiales y soldados, encabezados por el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, le juraron “lealtad y subordinación absoluta”.
Al dirigirles un discurso, Maduro pidió una Fuerza Armada “unida” ante “cualquier circunstancia que nos toque enfrentar este año o los años por venir”.
Minutos antes, el Parlamento, único poder controlado por la oposición, llamó a los militares a desconocer a Maduro, a quien califica de “usurpador”.
“Hacemos un llamado claro a las Fuerzas Armadas (…) Se debe desconocer lo que no fue producto del voto popular. Una elección se gana con votos, no se roba, y por eso no eres legítimo”, dijo el jefe legislativo, Juan Guaidó.
Según la Constitución, Maduro debía jurar ante el Parlamento, pero el TSJ declaró en desacato a ese poder y en la práctica fue sustituido por la oficialista Asamblea Constituyente.
“Agonía” o “prosperidad”
La desesperanza se palpa en muchos venezolanos, asfixiados por la peor crisis que haya sufrido en su historia moderna el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
“Esto va a alargar más la agonía que hemos vivido en los últimos años. Todo ha decaído gravemente. Estamos atados de manos”, dijo a AFP la enfermera Mabel Castillo, de 38 años.
Sus seguidores le piden “mano dura con la economía”. “Es lo único que nos falta”, opinó Yosmari Jiménez, de 27 años, en una concentración de chavistas afuera del TSJ.
Expertos auguran un agravamiento de la debacle socioeconómica. Además de la escasez de comida y medicinas, los venezolanos lidian con una una hiperinflación que según el FMI alcanzará 10.000.000% en 2019.
En lo que considera la mayor migración de América Latina en décadas, la ONU calcula que 2,3 millones de venezolanos emigraron desde 2015 por la crisis y estima que esa cifra subirá a 5,3 millones en 2019.
Durante la gestión de Maduro, la economía se redujo a la mitad y se contraerá 5% en 2019, según el FMI, el país y su petrolera cayeron en default y la producción de crudo, fuente de 96% de las divisas, se desplomó a 1,4 millones de barriles diarios, la más baja en 30 años.
Al jurar el cargo, Maduro prometió procurar “la prosperidad económica y social”, con una serie de medidas que anunciará el lunes.
Una Latinoamérica adversa
Del Grupo de Lima sólo México envió un representante a la asunción, en tanto que asistieron los presidentes de Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua y delegados de otros países aliados como China, Rusia y Turquía, a los que Caracas se ha acercado más ante un mayor aislamiento.
Maduro, que asume en pleno resurgimiento de gobiernos conservadores en Latinoamérica, reiteró este jueves que tomará medidas enérgicas contra el Grupo de Lima si en las próximas horas no rectifica su posición sobre Venezuela.
Con el apoyo de Washington y la excepción de México, el Grupo de Lima (donde ya debutó el gobierno de Jair Bolsonaro) emitió el 4 de enero una declaración en la que le pidió no posesionarse y pasar el poder al Parlamento, lo que Maduro calificó de intento de golpe de Estado.
Expertos de Eurasia Group no ven cambios en el horizonte con una oposición fracturada y disminuida, y una población frustrada y temerosa de movilizarse, que opta por abandonar el país.
por Maria Isabel SANCHEZ / AFP.