El presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor José Luís Azuaje, hizo mención a la notoria crisis por la que pasa Venezuela durante la CXI Asamblea Ordinaria donde aseguró que al cierre del 2018 “concluye un año lleno de sufrimientos e iniciamos uno cargado de incertidumbre” que ya no distingue ningún sector debido a que el “país vive una desproporcional crisis, sin cambios significativos en la economía”.
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“Todos los venezolanos estamos llamados a comprometernos por salir de la crisis que vivimos”, mencionó y aseguró que “como cristianos debemos asumir la verdadera vida política ” por lo que “es necesario promover la vocación política desde la Doctrina Social de la Iglesia”.
Monseñor José Luís Azuaje resaltó que los venezolanos con más bajos recursos son los afectados por la crisis de país: “Se ha jugado con el sentimiento de las personas más pobres que luchan a diario por llevar la comida a su mesa”. “Ningún venezolano de la tendencia política que sea puede pensar que el país tiene futuro andando por el mismo camino y por los mismos protagonistas”.
Hizo referencia a la reciente instalación de la Asamblea Nacional (AN) como “único órgano legítimamente constituido”. “Lamentamos que no haya un ápice de sensibilidad social con las instituciones colapsadas”, enfatizó.
“No sólo deseamos tener en cuenta los peligros que nos acechan como pueblo, sino también tener la mirada en las soluciones”, añadió como parte de su mensaje y afirmó que el “despertar la conciencia es el trabajo que tenemos por delante”.
Por su parte, monseñor George Koovakod, quien es el encargado de negocios de la Nunciatura en Venezuela, resaltó que “la Iglesia no puede renunciar a su deber de defender los derechos fundamentales de los pueblos” e hizo una reflexión donde señala lo difícil que es “vivir libremente la fe en tantas partes del mundo donde no hay libertad religiosa ni de conciencia”.