Migrantes venezolanos expanden las tradiciones navideñas en los cinco continentes

Migrantes venezolanos expanden las tradiciones navideñas en los cinco continentes

Eugenia Adam durante el concurso la mejor hallaca de Madrid

 

 

Este año, las gaitas y las parrandas venezolanas retumban en cada rincón del mundo. El sentimiento colectivo que invade el territorio nacional para la época decembrina se presumirá en 92 países y 120 ciudades del mundo que, según el Observatorio de la Diáspora Venezolana, representan la cifra de los lugares donde están esparcidos los ciudadanos de sangre tricolor, publica Versión Final.





Por Lourdes Alcalá
@VersionFinal

En Venezuela, el mes de diciembre comienza con alegría, con parrandas, brindis y deliciosos platos navideños que forman parte de la identidad cultural de la nación. Sin embargo, en el folklore de otros países, las costumbres y creencias varían. Existen otras festividades, reglas sociales, comida, bebidas y rituales religiosos.

¿Niño Jesús o Santa Claus?

En Alabama, Estados Unidos, el ambiente navideño se siente cuando los centros comerciales se abarrotan de gente comprando obsequios. Santa Claus predomina en la Navidad y los pesebres pasan inadvertidos, en una fecha donde el nacimiento del Niño Dios es el centro de celebración.

Eigly Aguilar, una venezolana de 39 años residenciada en la ciudad de Birmingham en Alabama, sostiene que su familia trata de mantener las tradiciones venezolanas, mientras se suman otras más de la cultura donde residen porque, mientras se encuentren en esa zona, deben compartir y vivir las nuevas costumbres.

De las parranditas con maracas y furrucos acostumbrados en su escuela en Valencia, su hijo Ángel, de ocho años, cambió a los coros navideños de su clase, con un piano de fondo musical. Su villancico preferido en Venezuela, “Mi Burrito Sabanero”, se vio desplazado por la popular canción estadounidense “Jingle Bells”.

En el caso de la carta del Niño Jesús, que es lo acostumbrado en Venezuela, mi hijo Ángel, escribió, para no dejar por fuera su vieja tradición e incluir la nueva, ‘Querido niño Jesús y Santa Claus’”, explica, entre risas Aguilar.

La migración produce nostalgia y falta de identidad, por lo que explica que muchos venezolanos quieran apegarse más a sus raíces.

Seguir con las tradiciones del país, desde otras fronteras, favorece a la sociedad venezolana porque asegura que las nuevas generaciones no se olvidarán de los valores más fundamentales de su cultura, alega el sociólogo, Pablo Ordoñez.

Plato navideño venezolano

En muchas casas alrededor del mundo ya se siente la esencia, desde hace días, del olor a hallacas, un plato típico navideño del país caribeño. Para los venezolanos, la cena del 24 y 31 es sagrada, convirtiendo al pan de jamón, el pernil, la ensalada de gallina y la hallaca en fieles representantes de la cultura venezolana.

Eucaris Loyo, una joven venezolana domiciliada en Madrid, España, hizo las compras de los ingredientes para la cena navideña desde hace varias semanas, para garantizar el plato típico para tres amigas venezolanas y ella.

Aquí en España la costumbre es comer pavo, cordero, ostras o jamón, acompañados de vinos españoles, blancos y tintos. Nosotras, además de reunirnos para cenar, esperamos el 25 para cantar los villancicos y alabar la llegada del niño Dios, afirma Loyo.

En Medellín, Colombia, un grupo de 42 venezolanos y una colombiana se reunirán en Nochebuena para degustar el plato típico venezolano, comprar bebidas y bailar, como usualmente se celebra en Venezuela. En el vecino país, los buñuelos, la natilla y las hojuelas, son los que adornan las mesas el 25 de diciembre.

Somos un grupo de amigos del municipio Valmore Rodríguez (Bachaquero) que decidimos reunirnos y no pasar Navidad solos. La número 43 es Alejandra Vargas, una colombiana que quiere conocer nuestras costumbres y por eso decidimos invitarla a compartir, aclara María Gallo, una joven de 21 años que vive desde hace siete meses en Medellín.

Parranda de diciembre

En Venezuela, la Navidad muestra su particularidad en sus tradiciones navideñas, pues evidencia la fusión de muchas razas, la transculturización y la influencia española. Aunque existan tradiciones parecidas, el venezolano se diferencia del resto por celebrar Navidad desde el 18 de noviembre, día de la aparición de la Virgen del Chiquinquirá, en el Zulia, hasta el 06 de enero, cuando llegan los Reyes Magos.

Es así como Navidad se extiende desde mediados de noviembre hasta febrero con diferentes manifestaciones.

Los venezolanos celebran las misas de aguinaldos, el espíritu de la Navidad, el pesebre viviente, la paradura del niño, los estrenos del 24 y 31, las patinatas, las danzas de los pastores, el Día de los Inocentes, el día de los locos y locaínas, la llegada de Los Reyes Magos, el Año Nuevo, pero primero se despiden del Año Viejo con maletas, ropa interior amarilla o 12 uvas que dan paso a una fiesta entre familias y vecinos. Una parranda que se siente en todo el territorio nacional.

En Estados Unidos, por el contrario, el acostumbrado estreno de Nochebuena y su cena pasan inadvertidos. Solo se compran pijamas navideñas para la mañana del 25 de diciembre, día que aprovechan los estadounidenses para ver películas en casa y destapar los regalos de Navidad. Para el primero de enero la Navidad ya pasó y no hay rastros de ella en ningún hogar.

Ya nosotros estamos acostumbrados a celebrar el 24, así que hicimos una reunión entre siete familias venezolanas que conocimos aquí, para hacer las hallacas. Podremos tomar, compartir, bailar entre todos. Lo que hacíamos con la familia en Venezuela toca hacerlo en estos momentos con los amigos que encontramos fuera del país, explica Eigly Aguilar.

En Colombia, aunque las casas y calles reluzcan de adornos por doquier, tampoco se celebra la víspera de Navidad. “El día festivo es el 25. El 24 se trabaja en todos lados y el 31 de diciembre también”, explica María Gallo.

Diciembre se define en Venezuela como el mes de la parranda. La Navidad, para los venezolanos, siempre serán las visitas inesperadas con un pan de jamón, una caja de cervezas o dulces, para sentarse a hablar por horas y disfrutar el ambiente festivo con familiares y amigos.

Esas tradiciones inherentes acompañarán al venezolano a cualquier parte del globo terráqueo. Las costumbres migraron con los millones de ciudadanos que dejaron el país y que, a pesar de los kilómetros que los separan de su terruño, llevan en su corazón y en su memoria los recuerdos de aquellas navidades felices que ahora les enseñarán a sus hijos y nietos, desde otras fronteras.