El presidente estadounidense, Donald Trump, culpó hoy a las autoridades californianas de una “absoluta mala gestión” en los devastadores incendios que vive el estado y amenazó con cancelar futuras ayudas federales.
“No hay razón para estos enormes, mortíferos y costosos incendios en California excepto que la gestión forestal es muy pobre. Miles de millones de dólares se dan cada año, con tantas vidas perdidas, todo por una absoluta mala gestión de los bosques”, afirmó Trump en su cuenta de Twitter.
“¡O se remedia ahora, o no habrá más pagos federales!”, agregó el mandatario desde Francia, donde se encuentra de viaje oficial para participar en los actos de conmemoración el centenario del final de la Primera Guerra Mundial.
Trump aprobó una declaración de emergencia para el estado este viernes, que ofrece a las zonas afectadas suministros de ayuda y soporte aéreo y de transporte, pero insistió en que podría no repetirlo en el futuro.
Al menos nueve personas han muerto en las últimas horas por las llamas en el estado, donde se han declarado un total de tres grandes incendios, que han obligado a desalojar a más de 150.000 vecinos.
El mayor fuego de todos y el único que por el momento ha resultado mortal es el bautizado como “Camp Fire”, en el norte del estado, que en poco más de 24 horas ha arrasado 28.000 hectáreas y ha engullido gran parte de la localidad de Paradise, de 26.000 habitantes y ubicado unos 280 kilómetros al noreste de San Francisco.
Cinco de los cuerpos se fueron hallados en el interior o fuera de sus vehículos, calcinados cuando trataban de huir por carretera de las llamas, mientras que tres se encontraron fuera de sus residencias y una última en el interior de una vivienda.
En paralelo al “Camp Fire”, otros dos fuegos de menor tamaño arden en el sur del estado.
Uno de ellos, “Woolsey” afecta la ciudad de Malibú, conocida por ser el lugar de residencia de varios famosos; y la de Thousand Oaks, donde la noche del miércoles se produjo un tiroteo en un bar en el que fallecieron trece personas, incluido el atacante.
El tercero, que lleva arrasadas 2.500 hectáreas, es el de “Hill”, declarado en una zona muy cercana al de “Woolsey” (ambos en el condado de Ventura) en el valle de Santa Rosa.
Los tres fuegos se han propagado con extrema celeridad a causa de la poca humedad del terreno y de los fuertes vientos, que en el caso del sur del estado son conocidos como vientos de Santa Ana, muy secos y que soplan con fuerza cada otoño provenientes del área desértica del interior de California.
Los incendios de gravedad en el estado más poblado de EE.UU. son cada vez más frecuentes y violentos, tal y como demuestra que, de acuerdo al registro oficial que se remonta hasta 1932, cuatro de los cinco fuegos más destructivos de la historia californiana se han dado en los últimos seis años.
EFE