Los cancilleres de la Unión Europea decidieron que este lunes llevarían a la mesa, en Luxemburgo, el tema Venezuela. Esta modalidad, que permite salirse de las formalidades diplomáticas, ha sido ensayada con éxito para ventilar anteriores problemas.
Por: Carlos Valero
Durante almuerzos de Ministros que integran el Consejo de Asuntos Exteriores se han debatido temas como los acontecimientos en Siria, Ucrania, el compromiso de la UE con Afganistán, la crisis de Sudán (2014), la situación de Gaza posterior al anuncio de EEUU de trasladar su embajada a Jerusalén, además de la importancia del acceso a la ayuda humanitaria (2018).
El debate sobre la situación en Irak así como la desnuclearización de la Península de Corea también han sido parte de estos oportunos encuentros, en los que se ha logrado crear un espacio que supera el lenguaje diplomático y permite avanzar en la toma de decisiones para abordar una situación delicada, sin la rigurosidad formal de una sesión de trabajo.
Entre los comensales, que le meterán el diente al impacto de una migración de 3,3 millones de venezolanos que está avanzando como una estampida, estarán presentes Filippo Grandi, Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y el Secretario de Estado de Cooperación Técnica para Iberoamérica y el Caribe, Juan de la Iglesia. Ambos llevan en sus portafolios informaciones preocupantemente exactas.
Las recientes declaraciones de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, quien presidirá el evento de este lunes, también ha dejado ver la apuesta que hacen a la solución política negociada como única salida a la crisis venezolana.
Se espera que en el almuerzo de trabajo, los cancilleres puedan coincidir en los primeros pasos de una actitud más pro activa y mejor alineada con las posiciones de América Latina, EEUU y Canadá en relación a Venezuela. Crece la convicción de que sin diseñar una presión efectiva para erradicar los factores que generan la diáspora, todas las medidas van a resultar insuficientes.
La Unión Europea ha autorizado hasta ahora 35,1 millones de euros para ayuda de emergencia destinada a las poblaciones de los países de acogida de América Latina, donde se producen los mayores impactos migratorios.
El mundo entero desea prestarle a los ciudadanos venezolanos la solidaridad necesaria para que exista una salida pacífica, democrática y electoral. Hasta ahora, el régimen de Maduro se niega a permitir pluralidad y respeto a la Constitución. La muerte del concejal Fernando Albán, calificada por su partido Primero Justicia como un vil asesinato, así lo confirma.
La combinación de la presión interna, la externa y el deterioro exponencial de la situación económica y social deben contribuir a torcer la tendencia autocrática y primitiva del oficialismo.
El mejor ejemplo de la efectividad de ello, es la libertad de Lorent Saleh. La vemos con buenos ojos a pesar de que haya sido empañada con el destierro y nos mantenemos atentos en materia de presos políticos y respeto a los DDHH, por la macabra puerta giratoria que pone en marcha el régimen. El propio Saleh expresó al llegar a España, “en Venezuela hay seres inocentes, tras las rejas secuestrados y que merecen cruzar el puente que yo crucé, no lo dinamitemos”.
Todo lo que pueda ayudar a una resolución multilateral y estable debe ser bien recibido. La oposición venezolana, unida a la presión por construir esas condiciones, agradece toda acción empeñada en esos objetivos porque son los mismos de nuestro país.
Europa es indispensable para una salida de convivencia y cambio. Su participación para acercar la reconquista de nuestra democracia siempre será bienvenida en el marco de opciones civiles y plurales.