Tras paralización de viajes de Conferry viajar a Margarita es una odisea

Tras paralización de viajes de Conferry viajar a Margarita es una odisea

Foto José Camacho @josecamacho13

 

Pasajeros y choferes de carga pasan las de Caín para conseguir un boleto que los lleve a la llamada Perla del Caribe. Tras la salida por mantenimiento del único buque disponible en Conferry, las empresas privadas Navibus y Gran Cacique asumieron la totalidad del traslado de carga y pasajeros, la cual excede sus capacidades, publica Crónica Uno.

Por José Camacho @josecamacho13





En un tiempo hubo una publicidad que rezaba: “Conferry, una parte de Margarita que navega en el mar”.

A principios de semana, la empresa naviera, que el pasado jueves cumplió siete años intervenida por el Gobierno, suspendió los viajes a la isla, debido a los trabajos de mantenimiento que se le realizan al único buque con el que cuenta, el Virgen del Valle II. Parafraseando el recordado lema, ya esta parte de Margarita no navega en el mar.

Tras la medida, las empresas privadas Navibus y Gran Cacique Express han asumido la totalidad del transporte marítimo de pasajeros y alimentos hacia el estado Nueva Esparta, lo que ha incrementado aún más el calvario que deben padecer transportistas y pasajeros para viajar a la llamada perla del Caribe.

 

Los choferes del transporte de carga pasan días para lograr un cupo en el ferry (Foto José Camacho)

 

La suspensión de los viajes del único navío de Conferry pone en jaque a las compañías privadas, que no tienen la capacidad para trasladar el gran volumen de carga y vehículos que usualmente se dirige a la isla.

Francelys Barrios y su familia están padeciendo los efectos de esa paralización. Desde el pasado miércoles han emprendido una cruzada para conseguir el boleto del vehículo con el que se desplazarán por Juan Griego (su destino final). La razón: tanto en Navibus como en Gran Cacique les indicaron que no hay disponibilidad.

Esto todo aquí es una trampa, nosotros nos calamos la cola, pero llegan otros vivos que les traen obsequios a las personas que trabajan en las taquillas y manejan los listados y les consiguen los pasajes. Estamos aquí desde el miércoles y ve, nada que conseguimos boleto de vehículos, lo único que nos dicen es que ellos tienen un límite de capacidad y siempre está copado”.

Barrios mira a su alrededor y ve el cementerio de barcos en que se ha convertido el terminal de ferris portocruzano Eulalia Búroz y, afirma que la negligencia y calamidad se apoderaron de la otrora Conferry.

“Con uno solo que arreglen la historia sería otra. Esto es una calamidad, uno no puede estar en este trajinar para conseguir un pasaje y no conforme con que ahora hay menos barcos, los que están no salen a la hora programada”, sentenció.

Alfredo Santamaría, vicepresidente del Sindicato de Trabajadores Marítimos (Bolimarítimos), sostuvo que desconoce en qué punto se encuentra el mantenimiento del barco. Lo que sí está claro es que esa decisión deja en un limbo laboral a 800 trabajadores de la compañía.

Yo desconozco por completo cuál es el estado del mantenimiento de ese barco. Si fuese preventivo, eso dura un día o dos, pero si es como está previsto, una reparación mayor en el motor, mantenimiento del casco y de uno de los generadores, se puede tardar hasta uno o dos meses. Pero no sé en qué estado está el plan de mantenimiento”, sostuvo Santamaría.

El dirigente refirió que, desde el seno gubernamental, se habla de la creación de una nueva empresa de transporte marítimo hacia la isla, con la cual el Gobierno busca “acabar con los males de Conferry”.

“Esta empresa nunca fue en su totalidad del Estado, solo estuvo intervenida y, en cierto modo, esa propuesta nació del seno de los trabajadores. Esperamos que este tema se destrabe para solucionar la situación de transporte hacia Margarita, esta es una empresa estratégica y debe ser reactivada”.

Espera infernal

Un cementerio de barcos (Foto José Camacho)

 

Malas condiciones higiénicas, inseguridad, incertidumbre acerca de la hora de salida… todo ello es lo que tienen que afrontar los choferes de carga pesada que viajan hacia la isla.

Algunos son más afortunados porque en sus empresas de transporte compran el llamado boleto corporativo, con día de salida estipulado, pero otros, como José Pérez, quien viaja desde Puerto Cabello, rezan porque puedan embarcar el día deseado hacia Nueva Esparta.

“Yo llegué el jueves en la tarde y estoy esperando a ver si me voy mañana (sábado), esperemos con el favor de Dios que así sea. Tenía tres años sin venir y creo que esto está peor que antes, no hay luz en el estacionamiento, no hay agua. El ‘intento’ de baño está asqueroso y es preferible hacer las necesidades en el monte. El Gobierno como que no se da cuenta de esto ni mucho menos el gobernador del estado. Por lo menos yo llegué anoche, pero he sabido de choferes que tienen hasta una semana aquí y no se han ido”.

En el muelle están anclados los buques Carmen Ernestina, Concepción Mariño, María Rosario y Rosa Eugenia, naves que, en su momento, integraron la flota de una de las empresas de ferris más modernas de Latinoamérica y hoy solo son un amasijo de hierro, en tan deplorable estado que hasta sus trabajadores afirman que solo vendiéndolas como chatarra podría salvarse algo de la empresa.