El jurista José Santoyo informó que durante un recorrido realizado por instituciones públicas y privadas ubicadas en la zona norte del estado Anzoátegui pudo observar que las escuelas dependientes del Gobierno están llenas de maleza, sin electricidad, sin agua y con pupitres rotos.
El defensor de los derechos humanos expresó su preocupación por el impacto del descomunal aumento del salario mínimo en la estructura de costos de los colegios privados. “Alrededor del 80% de los costos de estas instituciones se destina a los sueldos de docentes, personal administrativo y obrero. Eso es insostenible para muchas escuelas privadas. En la zona norte de Anzoátegui ya han cerrado 11 colegios”.
Para el abogado es evidente la intención del régimen de eliminar a la educación privada. Advierte que para los padres el incremento de las mensualidades es un golpe duro al presupuesto familiar y muchos han trasladado a sus hijos a escuelas públicas que no brindan las condiciones adecuadas para una educación de calidad.
Explicó que las mensualidades en instituciones privadas están siendo aún calculadas y que las pocas que han actualizado sus costos, informaron que las mensualidades superan los Bs S 2.000.
“Pude conversar con algunos representantes y me indicaron que no tienen ni siquiera uniformes para enviar a sus hijos a la escuela”.
Santoyo explicó que en el inicio de clases el ausentismo de alumnos fue de 85% y que muchos docentes también faltaron porque no tienen efectivo para movilizarse a sus puestos de trabajo.
Denunció que en la Escuela Héctor García Salas, ubicada en el sector Barrio Colombia de Barcelona, los delincuentes hurtaron el cableado eléctrico y los bombillos, por lo que están a oscuras y rodeados de maleza.
“La mayoría de las escuelas públicas no están aptas para recibir a los escolares porque están en muy mal estado, repletas de maleza, con pupitres rotos, además que les falta ventilación y agua”.
Nota de prensa.