Esta es la carta que Roberto Enríquez presidente de Copei y asilado en la embajada de Chile en Venezuela le envió el pasado viernes a la expresidenta de esa nación y alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU.
Dra.: Michelle Bachelet
Ex presidente de Chile
Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU:
Estimada Dra.:
Tengo a bien dirigirme a usted respetuosamente, no sin antes, reiterarle mi gratitud con el pueblo chileno, con usted que tuvo a bien abrirme las puertas de la embajada de Chile para darme protección durante su mandato y naturalmente al actual gobierno encabezado por el presidente Sebastián Piñera; línea de comportamiento institucional que evidencian el compromiso de Chile con la democracia y el respeto a los derechos humanos; así como los profundos lazos de afecto y solidaridad que unen a los pueblos de Chile y Venezuela desde los tiempos fundacionales de ambas repúblicas.
He recibido con mucha expectativa la noticia de que usted desempeñará la responsabilidad de dirigir la Comisión para los Derechos Humanos de la ONU a partir del próximo 1ro de septiembre, creo que desde esa importante tribuna es mucho lo que usted puede hacer para defender los derechos humanos en el mundo y particularmente en Venezuela.
Es por ello que quero pedirle la mayor diligencia para denunciar y sancionar en el seno de la ONU las brutales violaciones a los derechos humanos del `pueblo venezolano mediante un esquema perverso y sistemático diseñado por la dictadura de Nicolás Maduro.
Un régimen que se sostiene en el poder bajo el amparo de la fuerza, violando el derecho al sufragio universal, directo y secreto, desconociendo al parlamento es claramente una dictadura. No hay dictadura que respete los derechos humanos.
Le consigno en esta comunicación la resolución de la OEA que desconoce las fraudulentas elecciones del pasado 20 de mayo lo cual deja en evidencia como la principal instancia internacional del continente americano enciende las alarmas ante la violación de los compromisos adquiridos por Venezuela en la carta interamericana democrática. Venezuela padece los excesos de una dictadura oprobiosa y la ONU no debe continuar guardando silencio.
Cientos de Jóvenes asesinados por la fuerza pública, millones de venezolanos que literalmente mueren de hambre o enfermedad en una trágica catástrofe humanitaria, la escandalosa cifra de una diáspora de tres millones de venezolanos huyendo del país , cientos de presos políticos sometidos a procedimientos despiadados en donde no se respeta el debido proceso, incluso, muchos forzados a mantenerse tras los barrotes a pesar de tener orden de excarcelación, la tortura y el terrorismo de Estado como instrumentos de sometimiento de adversarios o críticos enhebran el tejido negro de la sistemática violación de los derechos humanos en Venezuela.
Es por ello que le solicito promueva en el seno de la ONU como Alta Comisionada las medidas pertinentes para reestablecer el respeto a los Derechos humanos de nuestro pueblo…, no hay nada más humano que el derecho a comer, tener buena salud y libertad. La ONU ha sido omisiva ante los desmanes de la tiranía venezolana; espero sentidamente que con la incorporación de usted a esa instancia, esa realidad cambie. El pueblo venezolano lo merece y la humanidad entera no debe permitir que situaciones como esta se mantengan sojuzgando a un pueblo indefenso.
Esta carta se la hago llegar por conducto de su compatriota, el Ingeniero Juan Carlos Latorre Presidente de la ODCA (Organización Demócrata Cristiana de América), quien ha jugado un rol de constante solidaridad con el pueblo venezolano.
Se despide;
Agradecido y amigo;
Roberto Enríquez
Presidente de Copei
Vicepresidente de la ODCA
Organización Demócrata Cristiana de América