Ángel Sucre, sometido a la incertidumbre procesal, por José Luis Centeno

Ángel Sucre, sometido a la incertidumbre procesal, por José Luis Centeno

 

Por decir la verdad: “Estamos en dictadura”, Ángel Sucre perdió su libertad hace un año y tres meses, desde entonces se encuentra en la Cárcel 26 de Julio, como tantos otros presos políticos, sometido a la incertidumbre procesal, a merced del régimen que le cambió la vida con un sistema judicial pervertido, que “hace rato pasó la raya de cualquier límite moral inimaginable”, como resultado de un Estado de negación de la justicia claramente irracional.





¿Quién es Ángel Sucre? Villca Fernández, ex-prisionero político y desterrado de Venezuela, nos da una semblanza: “Lo conozco y es un joven digno de admirar, comprometido con sus ideales libertarios, honesto, que sólo quiere una Venezuela libre y democrática, como la mayoría de los venezolanos. El decidió decir la verdad y la narco-dictadura lo encerró”.

En su caso, lo único que hay es incertidumbre procesal, existe poca certeza frente a lo inconstitucional de tal circunstancia, provocada por “órdenes de arriba”. Tal incertidumbre, respecto a los presos políticos, ha pasado a ser un vicio contra el cual no hay recurso ni sapiencia que valga, dando lugar a “esa desesperación de creer que nunca vas a salir, ¿cómo lidiar con ella encarcelado en paupérrimas condiciones, torturado, maltratado?”, me comentó por estos días otro joven ex preso político con medida de censura previa.

“Dejar en incertidumbre deliberadamente a un procesado sobre su estatus jurídico es una forma de tortura”, sostienen en el Foro Penal. Los presos políticos, como Ángel Sucre, la padecen a diario desde el momento mismo en que son detenidos arbitrariamente, a lo largo de su encierro es una constante que se acentúa con el diferimiento de audiencias, la negación de petitorios sobre aspectos que de oficio deberían proceder y la inadmisibilidad de acciones y/o demandas en todas las instancias del Sistema Judicial Venezolano, que a tales fines se catalogan como “improponibles”.

Los excesos habituales que se avizoran en el rechazo per se de las acciones de la defensa de un preso político, tornando improcedente el Derecho Procesal, es posible identificarlos como la profundización de la explotación de vulnerabilidad del procesado y quebranto de su moral a fin de hacerlo admitir hechos prefabricados, con un ordenamiento jurídico mal administrado e ilusorio, haciéndolo víctima de la privación ilegítima de libertad, un secuestrado, víctima de la corrupción judicial precursora de contestar la injusticia con más injusticia.

Es criminal tener como algo normal la incertidumbre procesal que abruma a Ángel Sucre en la causa penal que se le sigue tan sólo por motivaciones políticas, sabiendo que sobre una sentencia pudiese haber incertidumbre, pero sobre una fase procesal jamás, como la fase de juicio que espera Sucre sin avances sustanciales, puesto que el proceso gira en función de brindar certeza, no a la inversa como ocurre actualmente en Venezuela conduciendo a la desconfianza inherente al sistema investigativo y procesal penal del régimen.

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