Desde el mismo momento en que la fórmula populista, retrógrada y falsamente comunista diseñada desde La Habana se hizo presente en Venezuela, la sociedad democrática y consciente, que entendió la grave amenaza y oscuro futuro que se cernía sobre esta tierra, ha ensayado lamentablemente sin éxito, múltiples formas de alcanzar el objetivo de reencausar al país en el curso correcto de la modernidad y rescatarlo de la visión nefasta de privaciones de todo tipo a la que ha sido sometido. Desde entonces y en ese proceso ya de casi veinte años, los liderazgos que se han atrevido a desafiar al sistema han pagado una alta factura. Prisión, destierro, persecución, tortura, cierres y expropiaciones, son solo algunos de los costos que han tenido que pagar quienes se han atrevido al reto.
La lucha por la democracia, las ansías por alcanzar la libertad y el deseo por superar la crisis sin precedentes que nos afecta a todos sin excepción, son sin embargo inaplazables, y pese a que el desgobierno implacablemente corta cabezas a las iniciativas que se le oponen, florecen a la par y por doquier, otros comprometidos con el objetivo de superar y trascender el extravío colectivo derivado de la dinámica retrógrada y de privación impuesta por el desgobierno.
En ese florecimiento permanente de iniciativas y liderazgos, se ha asomado y hecho presente finalmente el más importante y quien hasta ahora en gran medida estaba ausente, hipnotizado por veinte años de discursos y acciones populistas. Con sus sentidas necesidades y reclamos por sus mínimas reivindicaciones insatisfechas, defraudadas y burladas, el pueblo ha dicho aquí estoy, manifestándose por todo el país, sea por agua, gas, luz, sueldos, inseguridad, transporte, basura y en fin, imaginemos cualquier mínima necesidad por más elemental que sea y allí estará el reclamo!
Con el pueblo presente, no solo se hace palpable lo que durante su ausencia era una convicción de la dirigencia política y de la sociedad civil organizada, en cuanto se refiere a lo dañino y perverso del régimen chavista y madurista para los intereses de todos los venezolanos, sino que ahora sí hay plena alineación y balanceo entre todos los actores que se oponen al desgobierno. Finalmente y de forma indudable, lo político, lo social y el mundo civilizado por entero, coinciden en la convicción de que superar el modelo habanero es perentorio y que de ello depende la vida y futuro de millones de venezolanos.
La manifestación de ese pueblo herido, con sus reclamos de vida o muerte, cuyas protestan crecen, se fortalecen y aumentan en intensidad por la sola negativa deliberada del desgobierno en brindar soluciones a sus mínimas necesidades, por el simple capricho de no dar su brazo a torcer en reconocer que su modelo es equivocado, es ahora el ingrediente esencial para el envión final y rescatar a Venezuela de sus secuestradores; y de allí que la dirigencia política que pretenda estar al frente, debe entender que primero está ese pueblo y los intereses del país, que sus propias aspiraciones. De la misma forma que el propio pueblo censurará y se encargará de desechar a aquellos que pongan por delante sus ambiciones, también premiará a quienes tengan el suficientemente desprendimiento para pensar y obrar por el beneficio del ciudadano que hoy sufre los embates de una crisis salvaje. Ese es el verdadero protagonismo ciudadano, que con suerte y luego de veinte años de manipulaciones, podrá ejercer la presión necesaria para que quienes aspiren dirigirle, estén alineados a sus necesidades.
Una nueva unidad de propósito y de acción, por mandato de ese pueblo, requiere entonces como condición indispensable, que los fuegos no se concentren en carbonizarnos a nosotros mismos, con los ataques que intestinos que han sido el signo del accionar de la dirigencia opositora en los últimos meses, sino que más bien se enfoquen en quien realmente merece toda la descarga de nuestra artillería ciudadana que es el modelo habanero, el desgobierno y sus representantes chavistas-maduristas. El mandato viene entonces desde las raíces y desde lo más profundo de la conciencia popular y hay que acatarlo!
Cástor González
Abogado
Presidente del Centro Popular de Formación Ciudadana -CPFC- @castorgonzalez