La presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic, ha sido un ejemplo a seguir para los hinchas durante todo el Mundial de Rusia 2018 por romper el protocolo tradicional de los directivos y unirse a las celebraciones en cada partido en las gradas, además de felicitar a los jugadores dentro del vestuario.
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La mandataria de 50 años dejó impactados a propios y extraños de su país, ya que viajó a Rusia en un vuelo comercial, pagándose su pasaje y observando los encuentros desde la tribuna con los demás seguidores en el duelo de octavos de final contra Dinamarca.
A lo largo del torneo, Kitarovic felicitó a los jugadores y cuerpo técnico de la selección tras cada partido dentro del camerino, donde fue grabada por la prensa del equipo.
En el juego contra Rusia aceptó la invitación de ver las incidencias desde el palco del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, junto al primer ministro ruso con la condición de lucir los colores de su país.
En la final no fue la excepción, Kolinda lució el atuendo que tenía en la fase eliminatoria y celebrando los dos goles de los croatas pese a la derrota. Además, felicitó y le colocó las medallas de subcampeones a los jugadores en el campo con la lluvia haciendo acto de presencia en la ceremonia.