La emoción de las mujeres de Arabia Saudí al manejar por primera vez (Fotos)

La emoción de las mujeres de Arabia Saudí al manejar por primera vez (Fotos)

Las mujeres bahreiníes y sauditas celebran el levantamiento de la prohibición de conducir a las mujeres en el este de Arabia Saudita, el 24 de junio de 2018. REUTERS / Hamad I Mohammed

 

La prohibición de que las mujeres conduzcan en Arabia Saudita, vigente durante décadas, llegó a su fin este domingo y las conductoras, emocionadas y orgullosas, empezaron a circular por Riad con un sentimiento de libertad aunque las discriminaciones persistan.

Infobae

Bahrein Nouf Al Maloud (R) abraza a Saudi Zahoor Assiri (L) cuando llegan al este de Arabia en sus automóviles para promover y felicitar a las mujeres saudíes por el levantamiento de la prohibición de conducir en Arabia Saudita el 24 de junio de 2018. REUTERS / Hamad I Mohammed

 

Poniendo fin a una prohibición única en el mundo, Arabia Saudita autorizó a las mujeres a conducir a partir de este domingo a las 00:00, hora local, una reforma histórica para este reino ultraconservador de 32 millones de habitantes.

 

La Dra. Samira al-Ghamdi, una psicóloga en ejercicio, conduce su auto en su vecindario mientras va a trabajar, en Jeddah, Arabia Saudita el 24 de junio de 2018. REUTERS / Zohra Bensemra TPX IMÁGENES DEL DÍA

 

Tan pronto como se había levantado la prohibición, las mujeres empezaron a recorrer al volante las iluminadas avenidas de la capital, Riad, y de otras ciudades del reino. Algunas pusieron la música de sus autos a todo volumen.

“Es un momento histórico para todas las mujeres sauditas”, declaró Sabika Al Dosari, una presentadora de televisión, antes de cruzar la frontera con Baréin a bordo de un sedán.

 

Majdooleen, quien se encuentra entre las primeras mujeres saudíes a quienes se permite conducir en Arabia Saudita, es abrazado por su padre después de conducir su automóvil en su vecindario en Riad, Arabia Saudita, el 24 de junio de 2018. REUTERS / Sarah Dadouch

 

Justo después de medianoche, Samar Almogren giraba por primera vez la llave del contacto de su automóvil, un momento inolvidable para esta mujer que ya había conducido en el extranjero pero nunca en su país.

“Tengo escalofríos por todo el cuerpo. Llevar el volante después de haber pasado años en el asiento trasero. Ahora es mi responsabilidad y estoy más lista que nunca para asumirla”, afirmaba Samar, totalmente vestida de blanco que para ella es “el color de la paz”.

Zuhoor Assiri conduce su automóvil en Dhahran, Arabia Saudita, el 24 de junio de 2018. REUTERS / Hamad I Mohammed

 

“La abaya negra se ha convertido en el símbolo de la mujer musulmana. Pero no hay ningún texto religioso que prescriba a una mujer vestirse con una abaya negra”, agregaba.

También algunos hombres celebraron el momento. “Es un gran logro”, dijo un príncipe saudita, el multimillonario Al Walid bin Talal, en un video en el que aparecía su hija Reem manejando un 4×4, con sus nietas aplaudiendo en el asiento trasero.

Una mujer saudita, Amira, que trabaja en Aramco, conduce a su oficina en Dammam, Arabia Saudita, el 24 de junio de 2018. REUTERS / Hamad I Mohammed

Sistema patriarcal

Esta decisión, impulsada por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, forma parte de un plan de modernización del rico país petrolero. “Las mujeres viven en un sistema patriarcal en Arabia Saudita”, señala Hana Al Jamri, autora de un libro sobre las mujeres en el periodismo en Arabia Saudita que se publicará próximamente. La nueva medida “ayudará a desafiar las normas sociales y de género que entorpecen la movilidad, la autonomía y la independencia”.

Las mujeres sauditas celebran después de conducir sus autos en Al Khobar, Arabia Saudita, el 24 de junio de 2018. REUTERS / Hamad I Mohammed

 

Este cambio permitirá que muchas mujeres dejen de depender de chóferes privados o familiares hombres y supondrá un ahorro para las familias. “Las sauditas experimentan un sentimiento de justicia. Durante mucho tiempo, se les negó un derecho fundamental que las mantuvo confinadas y dependientes de los hombres, lo que imposibilitaba que pudieran llevar una vida normal”, explica a la AFP Najah Al Otaibi, analista en el centro de reflexión prosaudita Arabia Foundation.

Unos tres millones de mujeres podrían obtener el permiso y comenzar a manejar desde ahora hasta 2020, según la consultora PricewaterhouseCoopers. Se abrieron autoescuelas en ciudades como Riad y Yeda. Algunas enseñan incluso a manejar motos Harley Davidson, algo impensable hace tan solo un año.

Majdooleen, who is among the first Saudi women allowed to drive in Saudi Arabia drives her car in her neighborhood in Riyadh, Saudi Arabia June 24, 2018. REUTERS/Faisal Al Nasser

 

Muchas sauditas indicaron en las redes sociales qué pensaban hacer este domingo, como acompañar a su madre a tomar un café o un helado, algo banal para el resto del mundo pero excepcional en este país.

Durante décadas, los conservadores se apoyaron en interpretaciones rigoristas del islam para justificar la prohibición de conducir, algunos incluso alegando a que las mujeres no eran lo suficientemente inteligentes para ponerse detrás del volante.
La prohibición ha sido una de las principales banderas de las defensoras de los derechos de las mujeres a lo largo de los últimos años.

Saudi women hold their diplomas during the graduation ceremony of Saudi women car-accident inspectors, a few days before women are set to take the wheel in Riyadh, Saudi Arabia June 21, 2018. Picture taken June 21, 2018. REUTERS/Noemie Olive

 

Desde el pasado mayo, las autoridades sauditas han arrestado a al menos 17 activistas, entre ellas varias defensoras del derecho a conducir, en una campaña de detenciones criticada por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y que Riad ha justificado acusando a los detenidos de conspirar contra la seguridad y estabilidad del país.

Debido a la gran expectativa, incontables mujeres sauditas celebraron la nueva ley aprobada por el rey Salman bin Abdelaziz el pasado noviembre.

Desde el punto de vista económico, el fin de la prohibición podría estimular el empleo de mujeres y, según una estimación de Bloomberg, sumar 90.000 millones de dólares a la economía al 2030.

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