José Ignacio Guédez: Uan humilde advertencia a España

José Ignacio Guédez: Uan humilde advertencia a España

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La crisis del bipartidismo en España se está dando a la misma edad de su democracia que la que tenía la venezolana cuando el populismo se aprovechó de ella para acabarla desde adentro con sus propias armas. Luce lógico que después de cuarenta años los sistemas democráticos se desgasten y que el traspaso de la segunda generación a la tercera sea un umbral muy complejo. En cualquier caso el dilema de fondo es el mismo, renovarse o morir, y muy poco consolará ante un fracaso el haber tenido razón. Haberlo vivido y estar padeciendo las consecuencias más nefastas, me permite hacer la humilde advertencia sin ánimo de entrometerme en el debate político interno, aunque también soy consciente que en nuestro caso la soberbia no nos permitió vernos en el espejo de ningún paralelismo histórico, olvidando que ningún país está inmune al virus del populismo que hoy ya ronda por Europa.

En Venezuela en la década de los noventa el parlamento también impidió que un presidente acabara su mandato por un caso de corrupción para que luego llegara al poder el lider de uno de los partidos tradicionales con el apoyo de muchos partidos minoritarios de izquierdas y antisistema que después engendraron el chavismo. Me estoy refiriendo a la transición de Carlos Andrés Pérez a Rafael Caldera, pero al igual que ahora en España se trató de un mecanismo de corrección democrático consagrado en la propia constitución, por lo que no puede ser condenado per se, a pesar del resultado final. El Gobierno de Caldera fue inoperante y casi inexistente, abriéndole la puerta de par en par a la llegada de Hugo Chávez que acabó finalmente con la democracia representativa para sustituirla por un militarismo totalitario que todavía tiene a Venezuela en su peor crisis. Eso no se vio venir y hoy extrañamos la época donde la corrupción al menos se investigaba, se acataba la Constitución y había alternancia en el poder.





No pretendo hacer comparaciones concretas que son, además de antipáticas, inexactas. Pero en general se trata en ambos casos de una crisis de representatividad que afecta y pone en peligro el sistema democrático, el cual puede también salir fortalecido y reivindicado a la larga. De hecho, una moción de censura que termina en un apretón de manos entre un presidente saliente y uno entrante, es una lección de institucionalidad para el mundo, así como la alternancia en el poder por vías constitucionales será siempre una buena noticia para la democracia. Pero el problema de fondo sigue vigente y lejos de resolverse, con riesgos incluso de agravarse, por lo que es muy importante aprender a tiempo las lecciones. No olvidemos que la materia prima del populismo es la indiferencia de quien gobierna y su incapacidad para reinventarse y ofrecer enmendar errores para mejorar. Es una especie de “esto es lo que hay, tómalo o déjalo” que genera agotamiento en la gente a pesar de contar con hechos que lo respalden, porque en política no basta con tener razón.

Ahora bien, lo sucedido este viernes en el Congreso de los Diputados de España da pie a dos lecturas que considero importante resaltar: 1) Esta moción de censura deja claro que la constitución está por encima de todo, incluso por encima del voto y la regla de las mayorías, lo que contradice en esencia el alegato del separatismo catalán que al apoyar la moción se ha inculpado a sí mismo, y 2) La hipocresía de la izquierda mundial y el barniz de impunidad con el que cuenta, le hacen demasiado daño a las democracias del mundo. Hay tanta o más corrupción en sus filas, incluso en organizaciones que no han llegado al poder y ya deben explicaciones. ¿Es coherente condenar de corrupto a todo un partido y a todo un Gobierno, mientras se avala el crimen organizado en Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolívia? ¿Cómo se explica que aquí se le pida dimisión a Rajoy mientras se pide en Brasil que dejen volver al poder a Lula quien es el actor principal de la trama de corrupción más grande que se haya investigado como es el caso Odebrecht? Alerta.

JOSÉ IGNACIO GUÉDEZ YEPEZ
Ex Secretario Principal del Parlamento Venezolano, Miembro del Frente Amplio Internacional Venezuela Libre y Secretario General del partido venezolano La Causa R.