La trampa electoral, por Nelson Pérez

La trampa electoral, por Nelson Pérez

Nelson A. Pérez
Nelson A. Pérez

La crisis social, política y económica que afecta en forma integral al pueblo venezolano, no puede definirse como un caso particular en la historia republicana de nuestro país. Ella es de vieja data.

Después de la asunción del régimen castro comunista en la isla caribeña, década de los años sesenta del siglo pasado, se inicia una política castrista de exportar la revolución cubana por Latinoamérica, Venezuela era la joya de la corona.

En nuestro país el rentísmo petrolero fue y es el motor de la economía, en la cuba de Fidel el procesamiento de la caña de azúcar. La economía petrolera venezolana no se puede comparar con la economía de la zafra azucarera cubana. El petróleo es intensiva en capital y tecnología, necesariamente abierto al mundo. El azúcar cubana es intensivo en mano de obra esclava que se lleva al campo bajo la consigna “tumba la caña machetero tumba la caña…”





Esta tormentosa crisis que hoy vive el país es el resultado épico y final de un encuentro histórico entre el castro comunismo y el rentísmo petrolero venezolano generador de divisas. Desde la época de la revolución cubana de la década de los años 60 pasando por: el carupanazo (mayo 1962), el porteñazo (0ctubre 1962), invasión cubana en Machurucuto (mayo 1967), Chávez (Febrero 1992), la asunción al poder de Chávez (1.999) por la vía electoral hasta nuestro días con el madurismo. La dictadura cubana ha procurado financiar su improductiva economía con el erario de la riqueza petrolera venezolana.

Los intentos de asalto al poder del castro comunismo a través de las armas fracasó, pero llegó Chávez y se inicia una invasión “pacifica” cubana con el control de las más importantes Instituciones del Estado y la venia del socialismo del siglo XXI.

Hoy la economía del país es una copia al carbón de la estructura de control económico y social cubano: El carnet de la patria, las bolsas Clap, los registros inmobiliarios, control de puertos y aeropuertos, formas de represión, encarcelamiento y muertos, persecución a la disidencia política, milicias, colectivos armados, FANB controlada por el G-2 cubano, arengas anti imperialistas, expropiaciones, confiscaciones, invasión de tierras agrícolas, empresas de producción social y pare usted de contar.

Pero el régimen dictatorial venezolano tiene un talón de Aquiles que no lo tiene el castro comunismo. Tiene que relegitimarse, periódicamente, a través del voto, pues su legitimidad de origen es electoral. Para ello iniciaron desde 1.999, bajo la vigilancia cubana, un proceso meticuloso de control del proceso electoral en todas sus fases con aciertos y desaciertos todo dirigido desde el mar de la felicidad cubana. En diciembre de 2015 sufrieron un gran revés en el resultado electoral. De esa fecha y hasta ahora han afinado meticulosamente los controles, mantenido incólume en sus puestos de mando a las rectoras del fraudulento CNE, infectado el RED con data falsa, actualización de la militancia del PSUV con máquinas electorales, carnet de la patria como instrumento de control electoral y repartideras de dadivas para comprar el voto. Es decir, el proceso electoral venezolano está diseñado para un simulacro electoral, que garantiza la continuidad del régimen en el poder y su vínculo indisoluble con el castro comunismo.

La comunidad internacional está clarísima en cuanto a la estrategia electoral del régimen, que pone en el tablero solo a figuras manejables de poco arrastre político. Monta el tinglado entre payasos y maromeros, para luego cantar victoria, bajo todo un enredo fraudulento montado para el fraude con matices de democracia. Maduro necesita urgentemente la relegitimación política para poder desenvolverse en la comunidad internacional sin sanciones que lo asfixien económicamente.

Esa es la nueva estrategia del castro comunismo para seguir cual sanguijuela desangrando el erario nacional e imponiendo un régimen despótico en Venezuela a imagen y semejanza del suyo.

Bajo esta trampa electoral que tuerce el libre albedrío del ciudadano y su libertad de elegir en democracia. ABSTENTE DE VOTAR es necesario. Con ello quedará al descubierto el fraude masivo y la comunidad internacional tomará acciones drásticas contra el régimen.

Econ. Nelson A. Pérez Valdivieso Miembro del Secretariado Nacional del Movimiento Progresista de Venezuela. MPV.
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@nelsonperezav