Mucho es el trabajo que pasan los ciudadanos a causa de la escasez de dinero efectivo en la calle, aunado con la carencia de productos de primera necesidad que se han asomado paulatinamente en el mercado a precios exorbitantes.
Conseguir el papel moneda en las entidades bancarias del país es toda una odisea. En el Banco de Venezuela en su sede principal en Caracas, sólo se puede retirar 20 mil bolívares diarios por taquilla, más los otros 10 mil que se sacan en los cajeros automáticos, lo que da un total de 30 mil diarios, que quedan prácticamente inútiles si quien los retira vive en las ciudades dormitorio como La Guaira, Guarenas y Guatire.
Quienes residen en la misma Capital, pero cuyo servicio de transporte es tan pésimo como costoso, tampoco le es muy útil perder tres horas al día, o 15 horas semanales en un banco por sólo 30 mil bolívares, así que queda otra opción: comprar el efectivo.
Para indagar más sobre el asunto, hice lo que recomiendan los profesores en las escuelas de periodismo: patear la calle. Tardé dos semanas en obtener 200 mil Bs. con los que compré una caja de helados “chupi” y me fui a un lugar donde tener dinero en las manos ya no es motivo de robo, Petare.
Con sus 397 años de fundada, la parroquia Petare alberga alrededor de 799 237 habitantes (INE) en la mayoría de los casos en barrios informales. Basta con caminar las zonas aledañas al Metro para darse cuenta que aquí hace vida la pobreza y la miseria. Aquí mismo, yo vendí chupis para ver cómo se hace este hechizo del efectivo.
A las tres horas, hice más de cien mil bs. y con eso compré una caja de cigarrillos a 90 mil, esta caja marcaba 180 mil. Lo cual indica que alguien las compra por punto y las intercambia por el dinero en efectivo. Sin embargo, aunque pareciera una reducción al absurdo porque si llegas con 180 mil por punto te dan 90 mil en efectivo (el efectivo lo venden al 100%), no lo es. Y pasa así porque con ese dinero en papel se compran más cosas que con los 180 mil por punto.
El negocio del pan también “hace los reales”. En su mayoría mujeres compran este rubro al por mayor, y los revenden aquí, pero nunca dijeron donde los compran, eso les permite mantener la hegemonía en el mercado. Los que venden comida “bachaqueada” (arroz, harina Pan, leches y granos Clap) también se cotizan en efectivo, aquí nada es por punto ni transferencia y el dinero siempre está a la vista de todos. “Nadie hace avances” pero todos tienen cómo y al terminar la jornada, los bolsos llenos se vacían en las casas, con ganancias que oscilan entre 500 mil y 2 millones según sea el caso. Los vendedores de cigarros o caramelos agarran mucho menos.
En este Petare, el dinero vuela, se transmuta, es efímero, líquido. Es la razón de ser de más de un centenar de vendedores. El sufrimiento de quienes deben pagar 5000 en vez de los 2500 establecidos y 10 mil si cae la noche en autobuses 350 adaptados al traslado de “carne humana”. Aquí, el dinero es mágico.
@HeisyVisionaria