“Todas las personas deberían poder hacer efectivo su derecho al grado máximo de salud que se pueda lograr”, es uno de los principios por los que fue creada la Organización Mundial de la Salud –OMS-, hace 7 decenios.
Por su parte, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela -CRBV- en su artículo 83 establece que “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios.
“La realidad a la que se enfrentan los venezolanos, en cuanto al acceso a un sistema de salud digno, está alejada a lo establecido en nuestra Carta Magna y en los principios de la OMS, los centros asistenciales se encuentran en condiciones deplorables, cayéndose, desabastecidos de insumos, sin equipos especializados, sin medicamentos ni especialistas, ante la mirada indolente e indiferente del gobierno, que despilfarra los dineros públicos en bonos, en dádivas y en armamento. Ante este panorama, este 7 de Abril, sería paradójico decir que celebramos el Día Mundial de la Salud cuando las personas se nos mueren todos los días porque el derecho a la salud y a la vida en Venezuela no se garantizan”, aseveró Jhonatan Rodríguez, defensor de derechos humanos y presidente de la Organización StopVIH.
A esto se suma el bachaqueo de medicamentos no solo fuera de los recintos de salud sino dentro, entre su propio personal. Así le ocurrió a la señora Margarita Castro, quien estuvo recluida en el hospital Luis Ortega de Porlamar, a quien debían suministrale el antibiótico Unasyn, entre otros, ante la información dada por la enfermera de guardia que no había tratamiento, otra le dijo que se lo podía conseguir y le suministró un número telefónico.
Esta es una realidad que se repite a diario, en todos los centros de salud en Venezuela, donde si no tienes una “palanca” te mueres y si no tienes dinero el familiar se queda sin medicamentos porque o no hay o se los niegan para entonces bachaquearlos, jugando así con la vida de las personas, finalizó Jhonatan Rodríguez.
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