El diagnóstico del VIH, generalmente ocasiona, en quien lo recibe, un fuerte impacto psicológico que puede generar depresión, lo que influye negativamente en el aspecto social, laboral y familiar, afectando su calidad de vida.
Nota de prensa
Al respecto, Alexis Vásquez, médico, psiquiatra y sexólogo, afirma que generalmente la persona al ser diagnosticada con el VIH acude a consulta de psiquiatría pues se les generan los síntomas propios de la depresión como son pérdida de sueño, trastornos obsesivos-compulsivos, ansiedad, suelen ver el futuro oscuro e incluso llegan a pensar en el suicidio, “es recomendable acudir a consulta ya que esto se puede convertir en un pensamiento recurrente”. El problema que se presenta en muchas personas es que no son consecuentes, acuden a consulta voluntariamente con depresión y luego dejan de asistir, es decir, no son responsables con su vida.
El especialista destaca que “el VIH también es cerebral pues puede ocasionar demencia, traducido en olvidos y trastornos de memoria reciente-memoria remota, también desorientación de tiempo y espacio y trastorno de la marcha”. Además son personas con defensas bajas y esto tiene que ver con las emociones, por el hecho de ser haber contraído el virus su autoestima baja, y aparece el miedo de transmitir la infección a otros (pareja, familia)”.
El tratamiento, desde el punto de vista de la siquiatría, asegura Vásquez, debe tener un enfoque conductual, incluir terapia psicoterapéutica y farmacológica y ésta última no choca con la ingesta de los antiretrovirales. Entre las recomendaciones que deben tener en cuenta las personas con VIH para prevenir la depresión está “acudir a la consulta del infectólogo, sicólogo y sexólogo, quienes pueden controlar la enfermedad física, emotiva y del alma” enfatiza, así como también recomienda una buena alimentación, que incluya proteína y la práctica regular de actividad física, ambas contribuyen notablemente con el desarrollo neuromuscular de la persona.
Para Jhonatan Rodríguez, presidente de la Organización StopVIH, la salud mental de las personas con VIH puede verse comprometida, ante una realidad como la que se vive en Venezuela, al verse vulnerables por un sistema de salud que no les garantiza la atención requerida, con médicos especialistas, ni acceso a los antirretrovirales para controlar la infección, así como la falta de reactivos para pruebas de carga viral y conteo linfocitario de CD4, para determinar el estado general de salud de la persona.