Opositores del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva arrojaron este domingo piedras y huevos contra el ómnibus en el que viajaba el líder de la izquierda, que realiza una caravana proselitista por el sur del país, informó su asesoría.
Manifestantes también lanzaron huevos desde un edificio próximo al escenario donde daba un discurso el exmandatario en la localidad de Sao Miguel do Oeste (Santa Catarina, sur) según imágenes transmitidas en vivo por correligionarios de Lula a través de las redes sociales.
“Espero que la policía tenga la responsabilidad de entrar en aquella casa, agarrar a ese canalla y darle un correctivo”, reaccionó Lula, de 72 años, mientras miembros de su seguridad lo protegían con paraguas de lo que parecían ser huevos arrojados desde lo alto.
Líder absoluto en las encuestas -pese a que no tiene garantizada su candidatura después de haber sido condenado por corrupción-, el cofundador del Partido de los Trabajadores (PT) está recorriendo los estados de Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná, como lo hizo en otras regiones de Brasil el año pasado.
Cuando su comitiva llegaba a Sao Miguel do Oeste, este domingo, manifestantes apedrearon el ómnibus para impedir que ingresara a la ciudad donde realizaría un acto junto a su militancia, según declaró el diputado del PT Paulo Pimenta en la denuncia policial.
El dos veces presidente de Brasil (2003-2010) fue condenado por un tribunal de apelaciones a 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero en el caso Lava Jato.
Según la jurisprudencia actual, cuando la corte de apelaciones termine de analizar sus recursos -algo previsto para el lunes, según la agenda del tribunal- Lula podría ser encarcelado. Para evitar esto, su defensa presentó un habeas corpus preventivo ante el Supremo Tribunal Federal (STF) pidiendo que no sea encarcelado hasta agotadas todas las instancias judiciales.
El STF, corte suprema de Brasil, postergó para el 4 de abril la discusión sobre este habeas corpus, pero le otorgó un salvoconducto para que hasta entonces no pueda ser detenido.
Acusado de haber recibido un apartamento de lujo de la constructora OAS, sumergida en el escándalo de sobornos a políticos revelado por la Operación Lava Jato, el líder de la izquierda asegura que no existen pruebas en su contra y cuestiona la imparcialidad de los jueces que trataron su caso hasta ahora, acusándolos de querer ante todo sacarlo de la disputa electoral.
AFP