Se cumple ya una semana del significativo y extraordinario acto celebrado en la Universidad Central de Venezuela, donde los actores y organizaciones más representativos de la sociedad civil venezolana se dieron cita para anunciar un decidido esfuerzo unitario para dar una nueva y esperamos definitiva batalla en contra del régimen de gobierno de Nicolás Maduro, bajo la consigna “Venezuela Unida, no se rinde”. Muy poco después, pero en Chacao, nacía el ya anunciado Frente Amplio “Venezuela Libre”, en un acto que parecía en principio una simple reedición con cambio de etiqueta de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), pero donde al acercarse la foto, observamos signos indudables de aparente amplitud, por cuyo éxito y consolidación no solo hacemos votos, sino que además promovemos y apoyamos activamente, aunque como corresponde con base a la experiencia y antecedentes, con la debida reserva.
En ambos casos, la motivación y el objetivo es común, pues ambas iniciativas sintonizan el mismo dial de la clara mayoría ciudadana, que es el de poner término a un modelo político que ha destruido a Venezuela, y de allí el inmenso valor de las dos propuestas, que bien podríamos tener como las primeras líneas en el inmenso muro de contención que debemos levantar para evitar la continuidad y consolidación de la pesadilla Madurista.
En este punto, sin embargo, la tarea es mayúscula y no se trata simplemente de agruparnos para expresar un desacuerdo, descontento, rechazo o convocar marchas y manifestaciones o hasta solo para observarnos desconfiados, puesto que así no solo pasará Mayo con su elección, sino que además nos tomará por sorpresa el 31 de Diciembre con su respectivo cañonazo dándonos el feliz año! La tarea consiste más bien en dibujar el mapa de ruta y el camino que nos lleve al objetivo de recuperar la democracia y transitarlo. ¿Difícil? Claro que lo es y bastante, aunque entre otras cosas, tal vez no lo sea por los muchos actores que hoy confluyen en las nuevas iniciativas unitarias, sino más bien porque unos pocos de ellos, quizás aún se resistan a abandonar sus agendas personales. ¿Posible? No cabe duda! Otras naciones han transitado y superado a regímenes parecidos, iguales o peores, por lo que los venezolanos no somos ni seremos la excepción. ¿Cómo lograrlo? He allí el detalle y aunque algunos pasos sean obvios y otros no tanto, es preciso que la dirección política tradicionalmente opositora, los representantes del llamado “chavismo democrático”, los actores presentes de la sociedad civil y la propia ciudadanía opositora, repasemos los elementos esenciales que deben estar presentes en cualquiera que sea la fórmula que nos lleve a buen destino, pues si bien en una u otra plataforma ya estamos juntos bajo un mismo paraguas, es preciso definir y acordar como y hacia donde caminamos juntos para no tropezar y caer.
Revisar exhaustivamente el camino recorrido es tal vez el primer paso, y asumir con humildad los errores y ejercer una implacable autocrítica sin que ello nos descalifique ante aquellos que al verse criticados responden descalificando, es esencial y necesario para entender donde ha estado la falla que ha impedido superar el infortunio de un modelo político que hoy entre sus logros puede exhibir nada más y nada menos, el hecho de que la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se haya pronunciado recomendando a los países receptores de flujo migratorio venezolano, brindar un trato equivalente al de refugio a los tantos compatriotas que hoy llegan a cualquier rincón del mundo en busca de un mejor futuro que les es imposible encontrar en Venezuela. Detectar, reconocer, asumir y superar los errores cometidos permitirá mantener el foco y objetivo donde siempre debe estar, que es en Maduro & Compañía, los verdaderos enemigos de la sociedad venezolana. Detectar las fallas permite corregir, replantear y avanzar. Pasar por alto tan importante tarea se traduce en un estancamiento errático y en permanecer en un círculo vicioso que nos mantendrá de marcha en marcha y de frustración en frustración, y de allí que revisar sea imperativo.
La sólida puesta en escena de las iniciativas “Venezuela Unida no se rinde” y “Frente Amplio Venezuela Libre”, son un claro indicio de que pese a todo pronóstico y al natural escepticismo derivado de tanto desgaste, aún sobran fuerzas y esperanza, además de una indomable resistencia a entregar lo poco que ha dejado en pie el régimen recesivo en los últimos 19 años. La nobleza ciudadana del venezolano de a pie aunque en su interior mire con recelo a los actores de siempre, les concede el beneficio de la duda y vuelca sus expectativas en que esta vez resulte. La sociedad opositora pide humildad, lealtad, propósito de enmienda, foco y asertividad a quienes pretenden representarla. Juntos, dirigencia y ciudadanía, en lo que debemos contar como una nueva oportunidad para despertar, reaccionar y actuar, tenemos en nuestras manos la construcción de la alternativa democrática a la emboscada electoral, de donde saldrán las bases para el cambio y reconstrucción de Venezuela.
@castorgonzalez