La tragedia que vivimos los aragüeños por la crisis en el servicio de transporte público, va de mal en peor, y es que cada día se hace más cuesta arriba trasladarse de un lugar a otro, primero porque el 90% de las unidades están paralizadas por falta de repuestos, cauchos, baterías, aceites para motor, o cualquier otro implemento para poder circular, y segundo, los transportes improvisados como perreras y camiones de carga, no son aptos para la gente por el peligro que representan, y el abuso con los precios, se hace impagable para la gran mayoría.
Da dolor ver el viacrucis de mujeres, niños, ancianos, jóvenes y padres de familia, para poder trasladarse a sus trabajos, liceos, escuelas, a los hospitales, o a cualquier punto de la geografía aragüeña. Nuestra gente sopesa qué les resulta mejor, ir o no ir a sus destinos para no pasar por esta pesadilla, y porque el dinero no les alcanza para pagar los precios abusivos de quienes se aprovechan de las necesidades de nuestro pueblo.
Con mucha fuerza he venido denunciando las irregularidades existentes con la prestación de servicio del transporte público en la entidad. Señores esto es un problema de calamidad pública que nos involucra a todos. Tanto choferes como usuarios, pasan por un calvario terrible. Es decir, los primeros no tienen recursos ni ayuda para reparar sus unidades, y apelan al aumento del precio del pasaje, y los segundos, no tienen cómo pagar esos ajustes, debido a que vivimos en una economía dolarizada, y contamos con un bolívar cada vez más débil.
Otra de las angustias que vivimos a diario, es el riesgo que corren nuestros familiares y amigos, al tener que usar estos medios de transporte alternos que no cuentan con ningún tipo de seguridad, son transportes de carga y perreras, que no fueron concebidas para el traslado de personas, precisamente por el riesgo de un accidente que esto implica.
No quiero ser pájaro de mal agüero, pero de seguir así esta crisis en el sector transporte, puede ocurrir una tragedia, porque el desespero de la gente de llegar a sus destinos es realmente alarmante, prefieren ir como sardinas en lata, para no correr el riesgo de transitar a pie, por la inseguridad, la falta de alumbrado público, y el peligro que hoy día significa estar en la calle de noche.
No obstante, la falta de efectivo ha traído como consecuencia el abandono de trabajos y de las aulas de clases, ante la imposibilidad de poder conseguir dinero para movilizarse. Llegó la hora de que el gobierno regional y los municipales, tomen el toro por los cachos y asuman su responsabilidad, y le busquen solución a este problema que nos atañe a todos.
Clever Lara
Secretario de Organización
Acción Democrática Aragua
@cleverlaraad