El único superviviente de los comandos yihadistas que mataron a 130 personas en París en 2015, Salah Abdeslam, es juzgado en Bruselas a partir de hoy por un tiroteo con la policía ocurrido 3 días antes de su captura en marzo de 2016, que puso fin a 4 meses de fuga del hombre más buscado de Europa.
Custodiado por policías con el rostro cubierto, Abdeslam, con pelo largo y barba, llegó al Palacio de Justicia de Bruselas, un recinto supervisado por unos 200 agentes de policía y en donde este lunes se tomará declaración a los acusados.
Para su traslado de Francia a Bélgica se llevan a cabo excepcionales medidas de seguridad y cada noche regresará a dormir a una prisión francesa durante el proceso en el Tribunal Correccional belga, donde Abdeslam, de 28 años, es juzgado junto con su cómplice Sofien Ayari, de 24 años.
Los dos sospechosos están inculpados por intento de asesinato de policías y de tenencia de armas prohibidas en contexto terrorista, por un tiroteo en Bruselas que dejó tres agentes heridos el 15 de marzo de 2016.
Los acusados, junto a un tercer individuo de nacionalidad argelina que resultó muerto en la refriega, Mohamed Belkaid, se escondían en un apartamento de la comuna bruselense de Forest cuando varios policías belgas y franceses intentaron detenerlos y se produjo el tiroteo.
Salah Abdeslam, cuyo hermano Ibrahim fue uno de los terroristas suicidas de París, huyó aquella noche de la capital francesa y logró llegar a Bruselas, donde escapó de las fuerzas de seguridad durante cuatro meses hasta que fue detenido el 18 de marzo de 2016, tres días después del tiroteo con la policía por el que se le juzga.
Cuatro días después de su captura en el barrio bruselense de Molenbeek-Saint-Jean, otros tres integrantes de ese mismo grupúsculo del Estado Islámico vinculado a Bruselas atentaron contra el aeropuerto y la red de metro de la capital belga, y asesinaron a 32 personas y causaron lesiones a otras 340.
De nacionalidad francesa y origen marroquí, pero criado en Bélgica, se considera a Abdeslam uno de los terroristas que mataron a 130 personas en París el 13 de noviembre de 2015 y se cree que tuvo un papel significativo en la logística de los peores atentados en suelo francés desde la Segunda Guerra Mundial.
Fue el único de la célula islamista que aquella noche no activó su chaleco explosivo, supuestamente porque no funcionó, y que tampoco fue abatido durante los mismos ataques o cinco días después en la cercana localidad de Saint-Denis, donde la policía terminó con la vida del presunto coordinador de los atentados, el belga-marroquí Abdelhamid Abaaoud, y de dos de sus colaboradores.
Hasta el juicio en Bélgica, Adseslam ha estado encarcelado bajo estrictas medidas de seguridad y aislamiento en la prisión francesa de Fleury-Mérogis, al sur de París.
Durante el juicio, el presunto terrorista no pernoctará en Bélgica, sino que regresará a dormir a la cárcel francesa de Vendin-le-Vieil, cercana a la fronteriza ciudad francesa de Lille.
Los medios galos señalan que Abdeslam estará confinado en una celda de 9 metros cuadrados con videovigilancia las 24 horas, desde donde cada día recorrerá 150 kilómetros para asistir al tribunal.
Las autoridades francesas quieren evitar cualquier incidente con el principal sospechoso de los atentados terroristas de París de cara al juicio que se celebrará más adelante en Francia.
El proceso en Bélgica se celebra a puerta cerrada y, más allá de las partes implicadas, solo se permitirá el acceso a cinco dibujantes de prensa. El resto de los cerca de 350 periodistas acreditados para el juicio lo seguirán en otra sala a través de una pantalla, aunque no se permitirá difundir las imágenes. EFE