A la crisis que azota cada rincón de Venezuela no escapan los centros penitenciarios, y es por esta razón que tan solo en el primer mes del año 2018 ya ocurrió la primera huelga de hambre en El Rodeo II en Guarenas, que fue anunciada el pasado 22 de enero, y ahora la Comunidad Penitenciaria de Coro, en el estado Falcón.
Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), informó que entre las peticiones de la población penitenciaria destaca la presencia de la Ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, y la del director de traslados, Adolfo Carrilo. No obstante, en el caso de El Rodeo II, la ministra optó por ignorarlos y por el contrario ordenó el traslado de más de 300 presos a cárceles tan lejanas como El Dorado.
De igual manera, los reos de la Comunidad Penitenciario de Coro exigen que les permitan el acceso de todo tipo de alimentos y utensilios para prepararlos, la destitución de la actual directiva del recinto y celeridad en los procesos judiciales.
En tanto, hacen especial énfasis en los traslados hacia los penales de origen, pues no están de acuerdo en que, si antes había hacinamiento, ahora empeoren la situación con el ingreso de los presos trasladados por castigo. “Todo esto se pudo evitar con la visita de la ministra a El Rodeo II, nos resulta incomprensible que, en vez de buscar soluciones, decidan hacer traslados arbitrarios y agraven el hacinamiento en los otros penales. Es un círculo vicioso”, sentenció Prado.
Según las denuncias de los familiares, los presos de la Cárcel de Coro, también conocida como “El Cebollal”, tienen cuatro meses sin recibir los alimentos que antes les llevaban sus deudos, por lo que durante ese tiempo han sido sometidos a una dieta estricta de arroz blanco, que les suministran una sola vez al día, y hasta dos si tienen suerte.
En tanto, los familiares están muy preocupados por el estado de desnutrición en el que se encuentran los presos, quienes toman esta medida del Ministerio de Servicios Penitenciarios como una condena a muerte.
“Para nadie es un secreto la crisis económica y abastecimiento alimentario por la que atraviesa el país. Si no tienen para mantener este tipo de régimen, exigimos lo eliminen y permitan el acceso de alimentos por parte de nuestras familias”, comentó un familiar al equipo reporteril de El Nacional.
En días pasados, al conocerse el inicio de la huelga de hambre en El Rodeo II, el director del OVP expresó: “El trabajo de la ministra es atender a los presos y buscar soluciones a todos los problemas del sistema penitenciario. No obstante, prefiere castigarlos y trasladarlos, lo que además atenta contra su derecho al debido proceso ¿Acaso la ministra les garantizará el traslado a tribunales? ¿Acaso la ministra se aseguró de que ninguno de los trasladados sean asesinados? Estamos ante una flagrante violación a los derechos humanos de los privados de libertad en Venezuela, por lo que alzaremos nuestra voz ante los organismos internacionales”.
Hoy en día, el OVP mantiene el firme propósito de velar por los derechos humanos de la población penitenciaria en Venezuela, por lo que exhortó a la ministra Iris Varela a escuchar el clamor de los presos y trasladarse hasta los recintos penitenciarios, para conocer de primera mano cuáles son los problemas que a diario atentan contra su derecho a la vida.
Es momento propicio para recordarle a la ministra que los Principios Fundamentales de las Reglas Mandela dicen:
– Las Reglas se aplicarán de forma imparcial y sin discriminación.
– El sistema penitenciario no deberá agravar los sufrimientos que implican la privación de la libertad y el despojo del derecho a la autodeterminación de las personas detenidas.
– Todos los reclusos serán tratados con el respeto que merecen su dignidad y su valor intrínseco en cuanto seres humanos.
– Nadie será sometido a tortura ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes.
– Se tendrán en cuenta las necesidades individuales de los reclusos, en particular las de las categorías más vulnerables en el contexto penitenciario.
– Se deberán reducir al mínimo las diferencias entre la vida en prisión y la vida en libertad.
– Las medidas privativas de libertad tienen por objetivo proteger a la sociedad contra el delito y reducir la reincidencia. Esos objetivos sólo pueden lograrse si se ofrece a las personas presas educación, salud, formación profesional y trabajo, así como otras formas de asistencia apropiadas que brinden herramientas para lograr su reinserción en la sociedad tras su puesta en libertad.
Nota de Prensa.