A más de 24 años de su muerte, todavía hay innumerables misterios sobre la vida de Pablo Escobar, el mayor capo narco de la historia. Doug Laux y Ben Smith, dos ex agentes de la CIA, viajaron a las costas de Colombia en busca de uno de los submarinos que utilizaba el líder del cártel de Medellín para contrabandear cocaína hacia Estados Unidos, reseñó Infobae.
El operativo fue registrado por Discovery UK, que realizó un programa sobre el hallazgo de los ex agentes de inteligencia norteamericanos.
Laux y Smith primero consultaron a un lugareño, que en más de una oportunidad colaboró en los desembarcos del submarino. “Todo el mundo agarraba algo, para salir de eso rápido”, confió el hombre.
Luego, los condujo hacia la zona donde se movilizaba la nave.
Dos buzos buscaron en las profundidades y encontraron el submarino. Sin embargo, no lograron hallar ninguna de las pertenencias que presuntamente podría haber dejado el capo narco.
Sólo se encontraron con una caja de metal. Tal vez se trata de “una batería de un bote”, señaló uno de los buzos al retornar a la superficie.
“No hay dinero, joyas, ni drogas”, resumió uno de los agentes que aguardaba en el bote, con un dejo de desilusión.
En el video, los agentes explicaron que los cambios en el relieve oceánico podrían haber provocado el desplazamiento de objetos y partes del submarino.
El líder del cártel de Medellín, quien fue abatido el 2 de diciembre de 1993, utilizaba las naves subacuáticas para evadir los controles marítimos y transportar enormes cargamentos de cocaína hacia Miami, con previa escala en Puerto Rico.
Según los informes de inteligencia, en ese submarino podría haber escondida una fortuna cercana a los 50.000 millones de dólares.
Incluso se especula que Escobar escondió su riqueza -prácticamente todo era en efectivo- en diferentes partes de Colombia.
En 2009, las autoridades colombianos encontraron cerca de 8 millones de dólares en un complejo escondido construido en la selva, donde había fábricas de cocaína.
Christian de Berdouare, propietario de un restaurante de pollo, que compró la antigua mansión de Escobar en Miami en 2014 por $ 10 millones, cree que allí también podría haber un tesoro escondido.