José Antonio Gil Yepes, directivo de Datanálisis, señaló que las sociedades están compuestas por sectores y funciones interdependientes, y para que todo funcione, es preferible una democracia pluralista que un régimen autoritario y una economía en la que muchos sepan pescar, a una economía en la que unos pocos regalen pescado para dominar a quienes lo reciben.
“Parece preferible que los sectores y funciones de la sociedad estén en equilibrio; pero ese equilibrio usualmente no se cumple. La política, en el sentido más amplio de la palabra, entendida como la movilización de cualquier grupo para imponer sus intereses tiende a distorsionar la economía y viceversa, la economía a la política”. Dijo Gil Yepes.
Recordó que los intereses económicos distorsionaron la política en Venezuela cuando el Partido Conservador y Páez gobernaron en función de sus intereses comerciales e importadores, justificándose con una ideología liberal europea.
A su juicio, ese enfoque economicista distorsionó la política al generar grandes diferencias entre los comerciantes ricos y los agricultores pobres, una de las causas de la Guerra Federal y del encumbramiento del Partido Liberal, el cual puso el énfasis en la intervención del Estado.
“Desde entonces, nunca hemos superado este sesgo hacia el desequilibrio contrario: la política distorsiona la economía, tratando por separado al empresariado. Pero este desequilibrio también se paga por qué un país con ventajas naturales y sociales, en vez de ser muy rico, es pobre y políticamente inestable”.
Manifestó el analista que los mecanismos mediantes los cuales se ha distorsionado la economía son la estatización; los controles de precios, tasas de interés y de cambio; la sobrevaluación de la moneda; y el discurso de la desconfianza de gobernantes y políticos contra el empresariado de manera de justificar la minimización de las empresas para limitar su poder político.
“Por eso implotó el régimen anterior y puede implotar el actual. Por lo que el reto de las élites sigue siendo lograr un entendimiento entre socialistas (la mayoría de los políticos así se definen), empresarios, sindicalistas y trabajadores”. Concluyó Gil Yepes.