Los presidentes del Mercosur celebran este jueves su cumbre semestral empeñados en enfrentar con más apertura comercial los brotes proteccionistas.
Los jefes de Estado de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay incluirán en la declaración final una ratificación de sus compromisos con la integración y el multilateralismo hoy cuestionado por Estados Unidos, dijo una fuente cercana a las conversaciones.
La reunión se celebra en momentos en que la región tiene la mirada puesta en Perú, donde el Congreso se apresta a destituir al presidente Pedro Pablo Kuczynski por denuncias de corrupción vinculadas a la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht.
Durante el cónclave, Brasil cederá a Paraguay la presidencia rotativa del bloque, al cierre de un año que encuentra al Mercosur cerca de concretar un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) tras casi dos décadas de negociaciones.
Además de los cuatro miembros fundadores del bloque asistirá el presidente de Bolivia Evo Morales, que tramita la plena integración de su país al Mercosur del cual actualmente es miembro asociado.
Otros países asociados enviarán representantes (Guyana, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Surinam), así como Egipto, con el que el Mercosur acaba de cerrar un acuerdo comercial.
La ‘vocación originaria’
El año que termina fue políticamente crítico para el Mercosur.
Venezuela, sumergida en una pavorosa crisis política y económica, fue suspendida del bloque bajo la acusación de que el gobierno de Nicolás Maduro se apartó de los carriles democráticos.
El canciller de Brasil Aloysio Nunes dijo el miércoles que durante su semestre se dio continuidad “al proceso de revitalización del Mercosur, en el sentido de la recuperación de su vocación originaria” no solo en materia comercial sino en lo que hace a los derechos humanos y la democracia.
La cumbre de Brasilia “será una oportunidad valiosa para que los países refirmen el compromiso con un Mercosur más abierto y más moderno”, afirmó Alexandre Parola, portavoz del presidente de Brasil Michel Temer.
En una conferencia de prensa, los cuatro cancilleres del bloque coincidieron en que el futuro del Mercosur se juega en la apertura comercial del bloque, que representa un mercado de unos 300 millones de habitantes.
Esperando a Europa
A lo largo de 2017 quedó en fase final de negociación un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
Ambos bloques planean anunciar el acuerdo en enero, pero deben remontarse obstáculos importantes, como la resistencia de Francia, Irlanda y sindicatos europeos a abrir su mercado agrícola.
Empero, los sudamericanos se dicen optimistas. “Faltan pocas cosas” para culminar esa negociación “histórica”, dijo el canciller de Brasil.
Los intercambios comerciales entre los dos bloques totalizaron el año pasado 86.712 millones de dólares, con un excedente de 1.189 millones a favor del Mercosur, según datos del ministerio brasileño de Industria y Comercio Exterior (MDIC).
La tendencia en los últimos años fue declinante, pero debería revitalizarse con la salida progresiva de Brasil de la peor crisis económica de su historia, con dos años de recesión.
También se echaron andar negociaciones comerciales con la Alianza de Pacifico formada por Chile, Colombia, México y Perú, cuatro países con tradiciones económicas aperturistas.
Además el Mercosur emprendió tratativas comerciales con Singapur, Corea del Sur, Canadá y la Asociación Europea de Libre Comercio (Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia). Igualmente negocia con países del norte de África como Túnez y Marruecos.
Lo que está en juego es el Mercosur del siglo XXI”, dijo el canciller argentino Jorge Faurie, quien puso de relieve que los cuatro gobiernos defienden el multilateralismo, actualmente puesto en jaque por Estados Unidos.
La opción por el multilateralismo “es una definición fundamental en un momento en que algunos países o algunas visiones o pretenden llevar hacia un aislacionismo económico y comercial”, dijo Faurie.
Así y todo, el Mercosur mantiene una postura de cautela ante China, que en los últimos años se convirtió en el principal socio comercial de la región y hace guiños para sellar una alianza más estrecha.
“La conclusión de un acuerdo entre Mercosur y China tendrá sin duda un impacto muy grande sobre nuestras economías. Por el propio peso de China. De modo que eso precisa una reflexión, informaciones, estudios”, dijo el miércoles Faurie.