La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hoy de que los progresos contra la malaria se han estancado, con casi el mismo número de casos y fallecimientos en 2016 que en el año previo.
Tras más de una década de progresos históricos, el Informe Mundial sobre el Paludismo de 2017 presentado hoy en Nueva Delhi supone, a juicio de la OMS, una primera “llamada de atención” sobre la situación de esta enfermedad.
“La historia de la malaria es muy clara, cuando se deja de pedalear, no solo no se avanza sino que uno va para atrás y, por lo tanto, lo vemos con preocupación”, reconoció en declaraciones a Efe el director del Programa de Malaria de la OMS, Pedro Alonso, que encabezó hoy en la capital india la presentación del informe.
“Este año supone un punto de inflexión, ya no es un mensaje claro, inequívoco de progreso, estamos hablando de estancamiento y en algunos países, no pocos, retrocesos”, alertó.
Las cifras relativas a 2016, explicó, son “muy similares” a las de 2015.
El pasado año se registraron 216 millones de casos de malaria, alrededor de un 2 % más que el año previo, cuando se estima que hubo 211 millones de enfermos de malaria.
La gran mayoría de los casos, el 90 %, están concentrados en la región africana.
Tampoco varió apenas el número de muertos a causa de la enfermedad: unos 445.000, en comparación con los 446.000 estimados en 2015, una reducción que se extendió por todas las regiones con excepción del Mediterráneo Oriental, donde la tasa de mortalidad se mantuvo igual.
El 80 % de los decesos se concentraron en catorce países de África subsahariana y la India, según el informe.
“El progreso ha parado, no quiere decir todavía que estemos yendo para atrás pero ciertamente que después de una década o casi quince años de progreso continuado y realmente histórico, en términos de casos de malaria, en términos de muertes por malaria, ya no estamos viendo más progreso”, advirtió Alonso.
Para el experto, esta falta de avances constituye “una primera llamada de atención”.
Sin embargo, el informe también destaca algunos puntos positivos.
En 2016, año en que dos países, Kirguizistán y Sri Lanka, fueron certificados por la OMS como libres de malaria, también aumentó el número de naciones que avanzan hacia la eliminación del mal, al registrarse menos de 10.000 casos de la enfermedad en 44 países.
El año previo sólo 37 países habían reportado una cifra por debajo de esa marca.
“Las luces es que hay algunos países que han continuando mejorando de forma intensa, el número de países que se están acercando a la eliminación sigue creciendo, los sistemas de vigilancia epidemiológica continúan mejorando”, enumeró.
Las cifras también mejoran si se comparan con el año de referencia, 2010. Desde entonces, la incidencia de la malaria (el número de casos nuevos entre las poblaciones en riesgo) cayó un 18 % en todo el mundo al pasar de 76 a 63 casos por cada 1.000 habitantes en riesgo.
Por regiones, Asia Suroriental registró el mayor descenso en la incidencia, con un 48 % menos que en 2010, mientras que en América y África cayó un 22 y 20 %, respectivamente.
El estancamiento en la financiación de la lucha contra la malaria es una de las principales causas para la falta de progresos, según la OMS.
El pasado año se invirtieron unos 2.700 millones de dólares en la lucha contra la enfermedad, una cifra que se ha mantenido más o menos estable en los últimos siete años pero que está “lejos” de ser suficiente para lograr los objetivos de la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016-2030 (EMT).
La EMT propone, entre otras cosas, reducir la incidencia de casos y mortalidad en un 40 % en comparación con 2015, para lo que haría falta aumentar la financiación anual a 6.500 millones de dólares por año para 2020.
Si bien la cuantía destinada a controlar la malaria se ha mantenido estable, paralelamente se ha producido un crecimiento demográfico, por lo que “la inversión per cápita ha disminuido en una parte importante de los países”, dijo Alonso.
Entre otros obstáculos, la OMS destacó también en su estudio los conflictos que sacuden varias zonas donde la malaria es endémica y patrones climáticos “anómalos”.
De mantenerse el mismo nivel de financiación, Alonso vaticina que para 2017 seguiremos sin ver “progreso”. EFE