Formado en las filas del partido comunista, este físico venezolano conoció el comunismo por dentro en Corea del Norte, en Cuba y en la mismísima Unión Soviética. Logró salir de los tentáculos de la ideología roja cuando empezó a reflexionar sobre el efecto que ejerce un sistema de esta naturaleza en la sociedad, en el hombre. Una historia fascinante contada por un personaje perspicaz que a continuación comparto con ustedes.
Por Maibort Petit / Venezuela política
Impresionado y curioso Jesús me dijo que su amigo le había narrado sus experiencias en Corea del Norte. “La gente no demuestra las emociones para evitar ser castigada. ¿Será que nosotros los venezolanos podemos llegar a ese estado de letargo?”, se preguntó horrorizado. Conversando sobre el tema, le pedí que quería conocer al enigmático venezolano que había despertado su consciencia crítica durante su visita a la capital norcoreana y que hoy en día era uno de los pocos que ven en Venezuela un futuro optimista y lleno de cambios. Jesús me arregló una conversación —vía Skype— con Heli Arrieta, un físico que habla como politólogo, y quien aprendió a deshilachar la esencia del comunismo hasta presentarlo ante los conversos como la base de una sociedad no deseada.
Arrieta tiene 57 años. Su discurso es elocuente. Con hablar pausado, vocabulario rico y reflexiones que denotan experiencia y conocimiento, nos explicó cómo es posible deshacerse de la manipulación y el control de la ideología roja. Vive en Maracaibo y dice que forma parte del grupo que decidió quedarse en el país. “Soy un enamorado de estas tierras y de su gente y me niego a formar parte de la diáspora”, me aclaró una vez que nos conectamos. Empezamos conversando sobre sus años de militancia en el partido comunista de Venezuela y sus andanzas por los países que han sido el icono del modelo socialista fracasado, como la extinta Unión Soviética, Cuba y Corea del Norte.
Un estado omnipresente
La arquitectura de Corea del Norte es imponente. Hace que el ser humano se convierta en solo un agregado. La gente es una semejanza a la idea que el líder supremo Kim Jong Un tiene sobre sus súbditos. Arrieta fue miembro de la juventud comunista. En esos años de militancia se fueron forjando relaciones y compromisos que lo llevaron a participar en uno de los festivales realizados en Pyongyang.
“Sí, obviamente como joven me sentía emocionado cuando formé parte de una delegación que salió de Caracas a Pyongyang. La razón de esas actividades era incrementar nuestra experiencia y conocimientos sobre el comunismo. Participan en esos encuentros gente vinculada la izquierda de varios países del mundo”, recuerda con cierto desdén.
Arrieta explica que durante los festivales, los jóvenes asistentes realizaban actividades culturales, deportivas, recreativas y discusiones enmarcadas dentro de la ideología comunista. Eran muchos los venezolanos que se animaban a participar en esas citas internacionales. De hecho, para el XIII festival de la juventud comunista mundial la delegación de Venezuela estaba conformada por unas 50 personas, acota.
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