La Argentina de Lionel Messi puede el martes caer al precipicio desde los 2.850 metros de altura de Quito, un drama deportivo que arriesga dejar fuera de Rusia-2018 a uno de los mejores futbolistas de la historia, reseñó AFP.
Para evitar quedarse sin un Mundial por primera vez desde 1970, Argentina deberá absorber la fuerte presión y espantar en su última chance la carencia alarmante de gol.
“Faltó el gol”, sintetizó el entrenador Jorge Sampaoli, sin autocrítica y casi satisfecho por la actuación argentina ante Perú la noche del jueves en la mítica Bombonera, en un partido que cerró con otro decepcionante empate 0-0.
A una fecha del final de la eliminatoria, la albiceleste quedó sexta, fuera de la clasificación y de la zona de repesca, lugar que ahora ocupa Perú, con igual cantidad de puntos que Argentina pero mejor diferencia de gol.
Increíblemente por los nombres rutilantes que conforman su delantera, la gran sequía argentina es la falta de goles. En esta clasificatoria marcó un promedio de menos de un gol por partido, al anotar 16 veces en 17 encuentros y recibir 15 en su arco.
El último anotado en el empate con Venezuela 1-1 fue en contra de Rolf Feltscher. Para encontrar un gol propio, hay que remontarse al 23 de marzo de 2017 cuando la albiceleste, aún dirigida por Edgardo ‘Patón’ Bauza, logró ante Chile un sufrido triunfo… y fue de penal convertido por Messi en el Monumental de Buenos Aires.
Cambia, (casi) todo cambia
Hubo cambio de entrenador, rotación de delanteros y recambio de cancha, pero el resultado siguió siendo esquivo. Los jugadores que suman de a varios tantos en sus propias ligas y encabezan tablas de goleadores parecen no poder con el arco rival cuando se ponen la casaca argentina.
Pasaron más de tres años desde la final con Alemania en Rio 2014, cuando Argentina se quedó en las puertas del título mundial, y luego dos finales de Copa América, en 2015 y 2016.
En tres años, tres técnicos. Luego de la salida de Alejandro Sabella, subcampeón en Brasil-2014, pasó Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli, quien se hizo cargo ya en etapa crítica.
Desde entonces “el fútbol argentino y su selección siguen a volantazo limpio, dando manotazos de ahogado. Sin focalizarse en el problema de fondo; lo mal que se juega. (…) Y así llegamos a este desenlace implorando por un milagro”, señaló el diario La Nación.
Agregó que el riesgo “con tantos volantazos es terminar en la banquina o incrustado en el guardrail”.
Hace días que los argentinos hacen cuentas. Las matemáticas están a la orden del día. Si gana, si empata si pierde, cómo deben salir los rivales. Se le agradece a Paraguay el triunfo agónico sobre Colombia, que quedó con 26 puntos, igual que Chile y detrás de Uruguay (28). De Brasil lejos arriba, ni se habla.
Argentina sabe que si gana clasifica al menos a la repesca. Si pierde, no todo estará perdido, al menos en los números ya que una serie de resultados favorables le dejarían aún una chance de disputar el repechaje por un lugar en el Mundial de Rusia, que podría quedarse sin el hombre considerado el mejor jugador de la actualidad.
“La Selección Argentina no está al borde de la cornisa. Más bien está haciendo la vertical en la cornisa…”, advirtió el diario deportivo Olé.
Final dramático
La ‘Pulga’ no merece cerrar así su capítulo con la selección albiceleste, un martes en Ecuador, dicen sus compatriotas. El capitán sigue callado, ‘habla’ en la cancha, pero no se lo oye. Messi siempre aparece. Intenta pero solo no puede.
Ante Perú fue el mejor, con sus iluminadas apariciones. Pero no alcanzó para tomar un poco de oxígeno. ¿Podrá Argentina vencer sus propios fantasmas en el estadio Atahualpa, en los 2.850 metros de altura de Quito?
De seis partidos disputados en Quito, la albiceleste solo ganó uno y empató dos. La única victoria fue el 15 de agosto de 2001 (2-0), en las eliminatorias del mundial de Japón y Corea del Sur 2002, en las que Argentina, con Marcelo Bielsa como entrenador, se había clasificado primera para terminar afuera en primera ronda en la cita máxima.
“Tengo una gran ilusión”, dijo Sampaoli la noche del jueves cuando los números la dejaban afuera a Argentina. Aseguró que si la albiceleste juega “con la convicción de hoy (ante Perú), no tengo dudas que Argentina va al Mundial”.
Queda una vida más. Habrá que meter el gol.