Hay personajes y grupos empeñados en convertir la coyuntura en un episodio carnavalesco para prolongar la crisis. Maduro pretende usar unas elecciones regionales vencidas en un mascara de fachada democrática.
Las críticas de algunos sectores de la oposición sobre dicho evento deben ser vistas con respeto desde la perspectiva de la Unidad en la diversidad. Hay diferentes visiones sobre el proceso de cambio en Venezuela.
La MUD ha sido duramente criticada y estas se desarrollan con múltiples elementos que deben ser reflexionados.
Podemos conseguir mentiras, calumnias y jugarretas montadas por los segurosos del G2 Cubano, repetidas 100 veces y refrendadas por la suspicacia de un pueblo Caribe y hasta por ingenuos que caen en las trampas oficialistas.
Existen verdades como el reclamo sobre la consulta del 16J, que no pueden despacharse con excusas superficiales.
Dentro de la MUD no deben continuar imponiéndose designios del G4 usurpando a toda la UNIDAD. Es tiempo de una revisión crítica y autocrítica sobre errores, omisiones deliberadas y actitudes excluyentes que afectan la coherencia más allá de lo electoral. Ningún demócrata está obligado a acompañar posturas de vuelo gallináceo que retrasen o distorsionen la estrategia central de defenestración de esta Dictadura. Es fundamental asumir 3 cosas: 1) La narcotirania está comprometida con un proyecto continental en conjunción con factores oscuros y antidemocráticos; 2) El enemigo no es la MUD ni tampoco debe confundirse la crítica con una negación a los aciertos; 3) Reconocer la ANC sería una burla contra el pueblo y la convalidación de un fraude.
Teniendo presente lo anterior, me atrevo a afirmar: Estamos obligados a derrotar al régimen en todos los escenarios, sin caer en la trampa de que las ramas no impidan ver el bosque.
El oficialismo habla de dialogo a través de las mentiras reiteradas de Maduro y combo por sentir frio en el espinazo ante las sanciones del gobierno de USA, sectores de la comunidad Europea y la condena internacional. Buscan otra vez ganar tiempo y dividirnos.
Algunos sectores del cogollo rojo tienen como objetivo fortalecer los tentáculos de la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo, buscando ganar espacios en los procesos electorales de Colombia, México y otros países del Continente.
La jugarreta de los rojos esta desnuda a los ojos de la comunidad internacional y especialmente en los principales actores del gobierno de Trump.
Los Venezolanos comprometidos con el cambio, no podemos invertir el orden de prioridades, la realidad nos llevara a retomar las calles en las próximas semanas para impulsar la salida de Maduro; Ahora bien, no debemos atraparnos en el dogma de no votar en las regionales, porque legitimas a las reptiles del CNE, esta jornada es un acto de resistencia y una ocasión para derrotar al gobierno.
El debate fundamental es hacia la transición democrática.