Los enfermos de paludismo no tienen descanso en Caroní. La desatención sobre las medicinas para esta enfermedad generó una nueva protesta frente al módulo de salud Las Manoas, donde con palos y piedras se trancó la vialidad de la redoma Sutiss. Así lo reseña Correo del Caroní.
Cristian Bolívar, de 32 años, se contagió de paludismo hace más de una semana. En vez de estar de reposo, debido a los síntomas que aún debilitan su cuerpo, este lunes ayudó a cerrar la vialidad en San Félix.
Todo esto luego de darse cuenta que su tratamiento no había llegado al módulo de salud Las Manoas en la mañana del lunes. Fue así como refugiado en una sábana con la que se cubría sobre el pavimento, en compañía de su madre y un vecino (también con malaria), protestó en pleno sol.
Bolívar apenas podía moverse de lo mal que se sentía durante este inicio de semana. Él y otros compartieron esta incómoda vigilia por medicamentos que las autoridades del módulo de salud prometieron el viernes llegarían que esta semana.
En angustia
Los afectados explicaron que la mañana fue difícil dentro del módulo. Desde niños que vomitaban hasta mujeres embarazadas y ancianos, quienes creyeron que recibirían el tratamiento como les fue prometido.
De esta forma la alerta sigue vigente. A finales de julio, durante una asamblea de médicos de Caroní, se alertaron al menos 65 casos de muerte por paludismo en todo el estado Bolívar. 2016 dejó 90 víctimas y en las primeras 27 semanas de este año hubo 117.209 contagios.
El miércoles 7 de junio de este año hubo un escenario similar al de este inicio de semana. Pacientes cerraron la misma redoma desde las 8:00 de la mañana por la carencia de medicamentos antimaláricos.
Los pacientes que retomaron la protesta este lunes, aseguran que una forma de conseguir las medicinas que necesitan es acudiendo a revendedores que cobran 100 mil bolívares por tratamiento.
Leonardo Vallejo, también paciente, vivió con indignación el escenario que se armó el domingo en la mañana dentro del módulo: presenció el caos y la angustia de los demás afectados por la enfermedad y hasta ayudó a levantar a un niño desmayado.
El 13 de junio la muerte de un pequeño debido a la malaria resonó en Pozo Verde, San Félix. Lo que evidenció la desatención de los organismos como el Instituto de Salud Pública (ISP) ante esta epidemia que también toca otros sectores rurales como vía a El Pao.
Vallejo tiene 4 días con los síntomas del paludismo y se acercó este lunes al módulo para hacerse la prueba. Salió sorprendido de toda la experiencia. “Había niños vomitando, tuve que ayudar a uno que se desmayó y vomitaba verde. Había demasiada gente temprano. Y ninguno fue atendido: nos trancaron la puerta en la cara”.