Desde hace más de tres meses algunos urbanismos de la ciudad de Barquisimeto en Lara han pasado a ser “zonas de guerra”, acceder a estos resulta complicado incluso para los propios vecinos, pero hay una razón: su resguardo. Se trata de aquellos lugares en donde la represión ha pasado a ser algo incluso cotidiano y conforme pasa el tiempo han ganado “práctica” para defenderse, reseña El Impulso.
Se trata de hogares que son ajenos a las personas de la denominada “resistencia”, pero que la situación actual los ha llevado a tener una organización que impida que sean vulnerados, puesto que el respeto a la propiedad privada ahora parece un término desconocido por funcionarios de seguridad.
La identidad de las personas entrevistadas será resguardada por petición de estos, quienes temen ser perseguidos por parte de algún grupo uniformado.
La Ribereña
Los urbanismos ubicados en esta zona son aproximadamente 10, sin contar los que se encuentran en las adyacencias. Tarabana Plaza ha sido una de las urbanizaciones que ha encabezado el listado en cuanto a represión.
“Mire, aquí antes nos alarmábamos por una bomba, pero ya no, nos han llegado a lanzar incluso más de 200 y eso es adentro de la urbanización, sin contar la que les lanzan a los muchachos afuera. Hemos llegado al punto en que podemos estar aquí adentro hablando, lanzan una lacrimógena y lo que hacemos es patearla y seguimos hablando”.
Sus vidas han cambiado por completo, ahora se rigen por horarios que han planificado. El hecho de haberse convertido en zona de guerra significa que ya los taxis no quieren llegar al lugar, las señoras que limpian tampoco. “Hasta perdí una novia porque ella vive en Club Hípico y yo aquí; se podrá imaginar, tenemos más de tres meses sin vernos”.
Lo que inició como algo espontáneo ahora significa una gran organización, saben que tener una vida normal no está dentro de sus posibilidades actualmente. Las salidas los fines de semana son poco probables, incluso trasladarse a sus labores; no obstante, ha sido tanta la evolución que ya conocen los lugares para acceder a sus hogares siempre y cuando no haya enfrentamientos, en caso de haberlos deben esperar hasta que terminen.
La Sucre
El 26 de abril los habitantes de la urbanización Antonio José de Sucre, conocida popularmente como “La Sucre”, vivieron una de las peores noches de su vida. La represión por parte de la GNB fue sin contemplación alguna, a pesar de tratarse de un lugar que cuenta en su mayoría con personas de la tercera edad.
“Nosotros no podíamos creer que nos agredieran de esa manera en nuestros propios hogares. No les importó nada”, relataron los vecinos. “Yo vivo con mi mamá y lo que hacemos cuando hay esos rollos es encerrarnos en un cuarto con una ollita con agua caliente y rezamos”, dijo una señora cuya edad pasa los 70 años.
Al igual que en otros lugares, hay quienes han preferido huir. Esa noche ha continuado siendo la pesadilla de muchos que luego de casi tres meses del brutal ataque no pueden evitar las lágrimas en sus ojos al contar lo vivido durante esas largas horas.