El acto de ascenso de generales y almirantes de ayer fue feo, lleno de simbolismos raros y miradas que hurgaban compromisos y lealtades personales.
Por lapatilla.1eye.us
Un acto cerrado, en el Panteón Nacional, Maduro colocó presillas, condecoraciones y repartió réplicas de espadas de Bolívar hechas en China. Parecía la reunión de una secta, quizás la “secta de las miradas del no nos abandonemos“.
Afuera, en el país entero, continuaban por 92 día consecutivo las protestas por el golpe de estado continuado, la pelazón sin precedentes y la represión brutal y salvaje de los cuerpos de seguridad, que tratan a los opositores como enemigos internos, es decir al 90% de la nación.
En el acto, y ante lo que ocurre en el país, Maduro aseveró que para lograr la paz es primordial una Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) unida, cohesionada, disciplinada, moralizada, y sobre todo, un cuerpo castrense que sea capaz de amar y proteger su pueblo y de ganar la paz ante cualquier circunstancia.
Un diplomático francés, Charles Maurice Talleyrand-Perigord, en la época de Napoleón Bonaparte, en respuesta a aquellos tiranos que no cuentan con el apoyo popular y que pretenden con las armas de los ejércitos permanecer en el poder expresó “las bayonetas sirven para todo, menos para sentarse sobre ellas”.
La historia siempre le ha dado la razón a Talleyrand (lapatilla.1eye.us)