Los venezolanos en los últimos dos años hemos estado batallando un sinfín de calamidades que sin lugar a dudas han mermado nuestra calidad de vida en todos los sentidos. Colas interminables se mantienen para adquirir cualquier producto de la cesta básica; las procesiones en las farmacias en la búsqueda de medicinas; los hospitales totalmente desabastecidos; la inseguridad cabalgando de manera cínica sometiendo a una población a un estado de sitio, en búsqueda de su integridad.
Los venezolanos han experimentado bajas drásticas de peso debido a la falta de ingesta de calorías y proteínas necesarias para el sano desenvolvimiento físico y mental de la gente; cada día son más los niños y jóvenes que desertan de las aulas de clases a incorporarse al mercado laboral para ayudar en los gastos de sus hogares; ó porque simplemente no captan las enseñanzas por el desvanecimiento de sus humanidades.
Los venezolanos en el área constitucional y política, hemos realizado una tarea titánica exigiendo que se cumplan nuestros derechos. Solicitamos un Referéndum Revocatorio, de manera cívica, pacífica y legal, cumplimos con todos los requisitos, y luego de largas y silencios gubernamentales, el Tribunal Supremo de Justicia en una sentencia poco seria, echó para atrás este petitorio nacional. Asimismo, exigimos el anuncio de un cronograma electoral para gobernadores y alcaldes: luego montaron un tarantín electoral con la supuesta legalización de los partidos políticos, y así la gran mayoría de este pueblo por la vía democrática, le hemos dicho al gobierno y al mundo que queremos un cambio en la conducción política del país.
Sin embargo, esta solicitud ha sido subestimada por el gobierno nacional, y a cambio nos han dado es represión en su máxima expresión e intensidad. Pues bien, el derecho constitucional a protestar de manera pacífica y exigir los cambios que nos merecemos se han convertido en un delito para este régimen; no han querido leer el metamensaje que este pueblo les ha enviado con su movilización a las calles del país.
Como respuesta a esta movilización cívica histórica, el gobierno responde con una Asamblea Nacional Constituyente, para tratar de adecuar la Constitución Nacional a sus intereses bastardos y mezquinos de una cúpula que se ha enquistado en el poder como garrapatas, y no soltar el coroto por nada.
Esta represión que está en la agenda gubernamental para acallar y acorralar la voz de la protesta y del clamor de un pueblo que clama justicia, va en ascenso, así como las frustraciones y descontento del 90% de la población, a quienes se les ha subestimado en su petición y se les ha tratado de ignorar a través de la indiferencia y de la violencia. Pero lo real nunca está amenazado, y más temprano que tarde en Venezuela habrá justicia y paz. ADelante Venezuela, cada día son más voluntades que se suman a esta cruzada del bien contra el mal.
Clever Lara
Secretario de Organización
Acción Democrática Aragua
@cleverlaraad