Siendo Nicolás Maduro canciller de la República atornilló a Jannette Mendoza Jover en la embajada de Venezuela en España.
Fuentes de la cancillería afirman que, al día de hoy, la funcionaria lleva unos once años sin posibilidad de remoción.
Por Carlos Moreno Especial desde Madrid
Juan José Mendoza Jover, el magistrado que en febrero pasado sustituyó a Gladys Gutiérrez en la presidencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, asumió el poder con la toga manchada. Este militar retirado recibió la venia como miembro del TSJ en 2010, cuando Cilia Flores, hoy primera Dama, presidía el Parlamento con mayoría chavista.
La designación causó revuelo en las filas opositoras que denunciaban la ilegalidad e ilegitimidad del nombramiento puesto que el nuevo magistrado había hecho vida política dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) e incluso había ocupado una curul como legislador de los revolucionarios por el estado Trujillo. Todo señalamiento quedaba en el aire. El hombre de confianza de Flores y Nicolás Maduro se hacía paso entre un chavismo caníbal y una oposición que, por esos años, era aplastada por el aparato oficial y el mismo Chávez en vida.
La cercanía de Mendoza Jover con la futura pareja presidencial llegaba más lejos de lo imaginado, y también el encuadre de los suyos. Antes de ser ungido por Flores ya contaba con el agrado de Maduro, que por esos años se desempeñaba, sin contendor, como canciller de la República (2006-2013). Fuentes de la cancillería venezolana que han dado testimonio bajo anonimato, aseguraron que Mendoza Jover era para Maduro una especie de “Delfín” en la sombra y un protegido al que le labrarían futuro con dosificación de gotero.
Siendo una pieza movible del tablero Maduro-Flores, Mendoza Jover solicitó a Nicolás Maduro a principios de su gestión como canciller, una oportunidad para su hermana, Jeanett Mendoza Jover, para integrarla a la diplomacia venezolana.
La mujer sería pronto designada como miembro de la legación de Venezuela en España, un cargo que, según informaciones del Min-Relaciones Exteriores, se habría concretado entre el año 2007 y 2008 devengando salarios promedios de 4.500 euros mensuales (20.250.000 Bs según el mercado paralelo – Unos 101 salarios mínimos ), equivalente a un sueldo de 1er secretario de la delegación. Los datos, según nóminas facilitadas por funcionarios de la cancillería, limitan a que, por ser agregada, Mendoza Jover no debería superar los 3000 euros.
Juan José Mendoza Jover no se equivocaba, sabía de antemano que la petición caminaría en clave de favores y tal vez conociendo de las inclinaciones al nepotismo por las que Nicolás Maduro y Cilia Flores han sido notorios al detentar poderes.
La misma Cilia Flores, durante su presidencia en la AN, protagonizó el escándalo del ingreso a nómina del Parlamento de 40 integrantes de su familia. En 2008, la prensa nacional e internacional se hacía eco de las denuncias adelantadas por el sindicato de trabajadores del legislativo que ventilaron a la prensa independiente uno de los casos de nepotismo y tráfico de influencias más sonados en la era chavista, solo destronado por el escándalo de los narcosobrinos Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores Freitas, ambos con pasaportes diplomáticos, hoy juzgados en tribunales de Estados Unidos y esperando una condena de al menos 20 años por tráfico de drogas.
Jeanett Mendoza Jover se hacía de un despacho en la embajada venezolana en España bajo la figura de Agregada II para Asuntos Sociales y Relaciones Administrativas, pero las denuncias sobre la ilegalidad del nombramiento de su hermano como magistrado del TSJ, también se replican con similitudes claras en su caso.
Las mismas fuentes que acordaron adelantar datos para esta historia, han afirmado que Jeanett Mendoza Jover no posee estudios en relaciones internacionales ni está calificada para pertenecer a la legación.
Y el desempeño de la funcionaria no parece tener la estima de los embajadores que han pasado por el cargo. Los informantes aseguran que al menos tres representantes, entre ellos, Arévalo Méndez, Bernardo Álvarez y el mismo Mario Isea, que hoy funge como embajador, han impulsado su destitución, pero siempre Caracas la revierte. Las intenciones, en este caso, podrían vincularse bien a la escasa productividad de la funcionaria, como la caza de vacantes por las autoridades, nada claro al tratarse de los juegos de poder.
Juan José Mendoza Jover, su hermano, ha destacado en la administración de justicia por casos como la reapertura de las averiguaciones por la muerte de Fabricio Ojeda, periodista asesinado en 1966, por haber defendido la participación militar en actividades de proselitismo político, también por intentar en 2012 destituir a la exjueza María Lourdes Afiuni por la liberación del banquero Eligio Cedeño, y la medida más reciente que tuvo repercusiones internacionales: la disolución del Parlamento en la sentencia girada, y luego suprimida, del 29 de marzo pasado, la confirmación de la ruptura del hilo constitucional en Venezuela que ganó el rechazo pleno de gobiernos en América y Europa y con posiciones contundentes en Mercosur, OEA, ONU y la Unión Europea.