Pedro Vicente Castro Guillen: Entre rumores y diferencias

Pedro Vicente Castro Guillen: Entre rumores y diferencias

thumbnailpedrocastro

El régimen ha puesto a rodar rumores sobre la posibilidad de elecciones regionales incluso sobre unas macroelecciones. Esto ha abierto en sectores de la oposición  una diferencia sobre la posibilidad de que la dirección política acepte la supuesta propuesta y esto conduzca a enfriar la calle. Lo primero que habría que señalar es que lo que hay son rumores que el chavismo pone a circular con la intención de quebrar la unidad opositora para desactivar la protesta del 19A. Y lo segundo, es que en los diversos sectores que componen la oposición siempre debe estar abierta la posibilidad de diferir, pero, sobre asuntos que en verdad merezcan una discusión no sobre rumores.

En el Nuevo Herald del 14A firmado por Antonio María Delgado, para tomar este ejemplo de cómo se replican los rumores: se plantea que el régimen ofrece en secreto unas elecciones regionales este año y las presidenciales para el año que viene, además de que el tsj levante el desacato a la Asamblea Nacional, pero, con la condición que apruebe las medidas económicas de Maduro. Estas propuestas fueron las que se rechazaron en el 2016 por la MUD, por los partidos, el Vaticano a través de la carta de diciembre pasado de Mons. Parolin, y por el Nuncio Apostólico en Venezuela. Sobre las elecciones regionales se ha pronunciado en la presente coyuntura la MUD y cada uno de los partidos: PJ, VP y AD por separados, eso no es objeto de dialogo ni de negociación, esas elecciones son de plazo vencido. Lo que sigue planteado y tiene plena vigencia como salida son cuatro puntos: Elecciones, respeto a la Asamblea Nacional, libertad de los presos políticos y apertura de un canal humanitario para que lleguen al país alimentos y medicinas. Estos puntos son un combo que no puede ser objeto de negociación por separado.





Y esto es lo que vuelve complejo la salida de la actual situación de crisis nacional porque estos puntos significan el fin del régimen. Pero además, porque hoy vivimos en una dictadura, en el 2016 todavía estábamos en la resolución de una grave crisis constitucional, pero en términos formales a pesar de los acuerdos de la Asamblea Nacional (sobre la ruptura del hilo constitucional y el abandono del cargo) el golpe de estado continuado que se desató desde la victoria opositora en el 2015 no se había concretado hasta que el tsj no produjo las sentencias con que pretendía subrogarse las funciones legislativas, situación que la comunidad internacional sancionó como un golpe de estado y consecuentemente ya en términos formales el régimen castro-chavista-madurista pasó a ser una dictadura.

La actual negociación planteada, si es que se da, es sobre la forma de salir de esta dictadura.  Esto no puede resolverse con unas elecciones de gobernadores, que además Maduro no está planteando. Su posibilidad debe absorberse en el marco de la estrategia para salir del régimen. Hasta ahora lo que la banda de los siete nos ofrece no es  negociación, ni mucho menos elecciones, es represión con la GN y los colectivos, violencia y muerte, quieren sacar a la oposición de la calle como sea: con represión, muerte, rumores para sembrar el terror. Hay aquí una cierta ingenuidad de parte de los que se oponen a las elecciones a gobernadores respecto a creer que el chavismo tiene en mente convocar estos sufragios para enfriar la calle. El castro-chavismo-madurismo no va a convocar elecciones con la calle en resistencia, ya aprendieron con la validación de los partidos, amén, de que no hay ningún escenario en que puedan salir de las elecciones con alguna fuerza social que exhibir. Con lo que la propia negociación será ella misma una conquista de la lucha opositora.

Ahora bien, por la mutación de los acontecimientos, por tratarse ahora de salir de una dictadura (no se trata de que antes no la había, eso lo sabemos los venezolanos) ya oficialmente refrendada nacional e internacionalmente, cuando se produzca el punto de quiebre se abrirá la posibilidad de una negociación en la que deben intervenir no solo los factores opositores venezolanos sino también los organismos internacionales sobre todo la O.E.A. y la O.N.U. (por el carácter humanitario de la crisis nacional).

En este punto es sumamente importante, aunque debería ser más que obvio, que la oposición se mantenga unida alrededor de los partidos políticos democráticos, de la MUD. No hay que dejarse envenenar por los rumores del chavismo, ni dividir por cuestiones que no tienen ninguna relevancia y mucho menos acompañar al chavismo en campañas contra factores de la oposición. Hoy hay que combatir el rumor que es una de las armas que el chavismo está utilizando para tratar de debilitar la unidad opositora.

El chavismo está utilizando también el saqueo como una forma de causar miedo e inhibir la participación popular en las marchas y concentraciones, además de querer hacer responsable a la dirigencia opositora de tales actos vandálicos para hacerlos responsables y justificar su inhabilitación. Nuestra gran fuerza política y moral es la solidaridad y capacidad de resistencia que la oposición ha mostrado durante esta nueva fase contra la dictadura rechazando formas de resistencia que fracasaron en el pasado. La línea de lucha que más le teme el régimen es la que hoy se ve en las calles de las ciudades, grandes manifestaciones que se oponen a la violencia represora del régimen y lo desvisten como lo que es una tiranía cruel y sin escrúpulos.

Todos a marchar el 19 de Abril por la conquista de la democracia y de nuestro derecho a una vida civilizada en paz y con desarrollo económico.

Pedro Vicente Castro Guillen                                  @pedrovcastrog