El presidente turco Recep Tayyip Erdogan parecía encaminado este domingo a lograr una importante ampliación de su poder en un referéndum en el que el sí iba por delante del no, según un recuento parcial de los votos publicado por medios de prensa.
AFP
Tras el escrutinio del 60% de los votos, el sí lideraba con un 56,2%, anunció la comisión electoral citada por la agencia de prensa gubernamental Anadolu.
Los colegios electorales, a los que unos 55,3 millones de electores estaban convocados para pronunciarse sobre una revisión constitucional que refuerza el poder presidencial, cerraron a las 17H00 locales (14H00 GMT) y el recuento comenzó inmediatamente.
La revisión constitucional prevé en particular la supresión del cargo de primer ministro en beneficio de un hisperpresidente que concentraría amplias prerrogativas en manos de Erdogan, acusado de deriva autoritaria por sus detractores.
“Si Dios quiere, nuestra nación (…) avanzará hacia el futuro esta tarde escogiendo la opción esperada”, declaró Erdogan después de haber votado en la marge asiática de Estambul, acompañado de su esposa Emine, de una de sus hijas y de dos de sus nietos. El presidente turco se dio un baño de masas a la salida del colegio electoral.
En caso de victoria, Erdogan, de 63 años, y que superó un intento de golpe de Estado hace nueve meses, podría permanecer en el poder hasta 2029.
Antes de ser elegido presidente, ocupó el puesto de primer ministro entre 2003 y 2014.
Tras votar en Esmirra (oeste), el primer ministro Binali Yildirim aseguró que “el veredicto del pueblo será respetado” sea cual sea el resultado.
“Hoy, se vota el destino de Turquía. Todos nuestros conciudadanos irán a las urnas y votarán de manera responsable”, declaró por su parte Kemal Kiliçdaroglu, el jefe del CHP, principal partido de la oposición, después de votar en Ankara.
Durante su mitin el sábado, Kiliçdaroglu comparó el sistema presidencial que defiende el gobierno con un “autobús sin frenos del que no se conoce el destino”.
– Reestructuración drástica –
“Por supuesto que voto para apoyar al presidente. Si estamos donde estamos hoy es gracias a él”, declaró a la AFP Emrah Yerlinkaya en un colegio de Estambul.
Hencer Senkom, un militar retirado, no se muerde la lengua después de haber votado no a la revisión constitucional en un colegio de Ankara.
“Estoy contra el gobierno porque conozco su visión del mundo. Ha habido reformas entre 2002 y 2004 y nos dijeron que Turquía se uniría a la Unión Europea y que iba a acabar con el terrorismo, pero nada de esto se ha cumplido”, dijo.
El gobierno asegura que la reforma es indispensable para la estabilidad del país y para afrontar los desafíos económicos y de seguridad. Pero sus detractores ven en ella un nuevo giro autoritario de un hombre al que acusan de querer acallar cualquier voz crítica, sobre todo tras el intento de golpe del 15 de julio de 2016.
Si el texto es aprobado, “se pondría en marcha la reestructuración más drástica en 94 años de historia de la política turca y de su sistema de gobernanza”, según un informe de Sinan Ekim y Kemal Kirisci, dos expertos de Brookings Institution.
En las últimas semanas, la oposición y varias oenegés han denunciado una campaña sesgada en la que la campaña por el sí domina la calle y en los medios.
Turquía está además bajo estado de emergencia impuesto después del golpe de estado fallido. Cerca de 47.000 personas han sido arrestadas y más de 100.000 han perdido sus empleos o están suspendidas desde entonces.
El partido prokurdo HDP ha hecho campaña con dos de sus copresidentes y varios parlamentarios en prisión, encarcelados por sus presuntos vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
– Seguridad reforzada –
La principal incógnita para Erdogan era el voto de los kurdos, una quinta parte de la población de Turquía, y el de la derecha nacionalista, cuyo líder, Devlet Bahçeli, apoya la revisión constitucional, pero cuyas bases están divididas.
La seguridad también ha sido uno de los ejes de la campaña, después de que el país sufriera en los últimos meses varios atentados, algunos de ellos reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y otros atribuidos a grupos kurdos.
Las autoridades movilizaron a 33.600 policías en Estambul para garantizar la seguridad durante la votación, según la agencia progubernamental Anadolu.