Justo Mendoza: Carta al carteador y al carteado

Justo Mendoza: Carta al carteador y al carteado

La “carta abierta” al gobernador Henri Falcón, difundida por 4 larenses -de nuestro aprecio, tanto a ellos como a sus padres- podría ser calificada como ataque parcializado y partidista con sólo aislar la pregunta de los remitentes “…¿De qué lado de la historia está?…” Mas tomar ese fácil sendero no agota la angustiante preocupación de nuestros relevantes paisanos, ciudadanos y periodistas, concretada en el desamparo que, por los focos de violencia, sufren familias; ni colocaría en su real dimensión una de las caras de esta proeza que rato ya ha emprendido el pueblo para salir de este lapso de tinieblas que se enseñoreó en Venezuela.

Si algo es necesario ante ustedes es determinar que “la lucha asumida por el pueblo venezolano” no es la violencia indiscriminada contra urbanizaciones y  barrios, ni contra despachos e inmuebles públicos, que colectivos oficialistas y hordas antigobierno de incendiarios y demoledores -nivelados ambos grupos no sólo por la vesania con que actúan sino por el incentivo que los mueve- protagonizan estas  noches. No. La lucha del pueblo, en la calle, es para obligar al régimen a entrar en el ducto de la legalidad democrática y constitucional, a reconocer su grave desviación al promover la negación de los derechos de los ciudadanos, su fracaso para gobernar y su incapacidad para dar respuesta a la gravísima crisis económico social y política, su alianza con la represión y el abuso contra las instituciones y contra los venezolanos; lucha que en su conjunto representa la decisión soberana del cambio transformacional que se inició el 6D-2015: en esa lucha se inscribe y con humilde terquedad aporta su liderazgo, energía e imaginación, el gobernador Henri Falcón.

¿Quiénes quemaron la unidad policial en Santa Rosa? Encapuchados que sedicientemente proclaman estar “en el lado correcto de la historia” ¿Quienes disparan y lastiman, no sólo con hambre sino con terror, a las familias en los humildes  barrios larenses? Pandillas de colectivos que igualmente se autoproclaman patriotas e hijos de Bolívar: el lado correcto  será, ya no como lema justificatorio, el que recoja la historia que leerán nuestros hijos y nietos de cómo un pueblo, unido, sin la calentura delirante de la ambición -que en  espejismo de triunfo llevaría al país al peor de los infiernos, la guerra fratricida- logró liberarse y salvar Venezuela. En ese lado lucha Henri.

Lo otro que aguijonea en la epístola es por qué Polilara no enfrenta a las pandillas oficialistas y qué hace su comandante. Amén del despojo competencial, presupuestario y material, las prohibiciones de actuación, de que ha sido víctima el gobierno de Lara y su policía, ese aserto, protegido tras el burladero de la interrogación periodística -seguro sin malicia ni segundas intenciones- dice del candoroso limbo que viven muchos compatriotas: las gavillas oficialistas se organizan, son acompañadas y parten de oficinas y comandancias oficialistas. Con un lenguaje común, militares, policías nacionales y colectivos actúan en sincronía para atacar al “enemigo”, indiscriminadamente. ¿Se imaginan ustedes un enfrentamiento entre La GNB, el Sebin, la PN y Polilara? ¿A quién acusarían y apresarían?  ¿Ese desconocimiento, periodistas,  no amerita acaso una reflexión sobre la “firmeza” que exigen y la desgracia de Lara en manos del clan que reinó, ahora derrotados por el pueblo y victoriosos en los negocios?

Esta lucha es dura, más dura será si creyéndonos censores le llevamos agua al molino del régimen: menos dura será si ponemos las neuronas al servicio de ella y dejamos las hormonas para el coraje que requiere la persistencia de la lucha misma.
 *Justo Mendoza, doctorante en Estudios Políticos-ULA. Director Nacional de Formación Política de Avanzada Progresista.

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