La Carta sobre la mesa, por Jorge Millán

La Carta sobre la mesa, por Jorge Millán

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Como ya es sabido, hemos logrado que las instancias hemisféricas, cuya existencia radica en la protección del Estado de derecho, la democracia y el respeto de los derechos humanos, nos apoyen en esta lucha, que no es otra que insistir en que haya una convocatoria a elecciones porque estamos convencidos -como también lo está el secretario general de la OEA Luis Almagro, y los países con democracias sólidas del continente- de que el voto es el instrumento para salir de esta dictadura que hoy mantiene a Venezuela entre el hambre y la muerte. Necesitamos un cambio de gobierno, pero nosotros hemos insistido en que la vía es el voto.

Cuando el Secretario General de la OEA dentro de sus atribuciones, plantea en su informe que si no se convoca a elecciones en 30 días en el país, va a solicitar que se considere que Venezuela quede fuera del organismo, se trata de una consideración muy grave, que pone en un gran aprieto al gobierno porque si las convoca, las pierde, pero si no lo hace, queda totalmente evidenciado ante el mundo que estamos frente a un régimen dictatorial que ha confiscado el derecho a elegir del pueblo venezolano, sin que haya algún contra argumento posible.

Por supuesto, las matrices del gobierno divulgadas en fila por todos sus voceros desde el presidente Nicolás Maduro y el resto de los replicadores, van por la vía de la criminalización de la Asamblea por aprobar la re activación de la Carta Democrática.

Cuando ellos hablan de intervencionismo, les aclaramos que la Carta Democrática es Ley en Venezuela, porque forma parte de los tratados internacionales suscritos por la el país. Intervencionismo es entregarle nuestros recursos naturales a los rusos, vendiendo las acciones de nuestra industria petrolera al mejor postor para tratar de llenar las arcas que la corrupción y la mala gestión en PDVSA ha dejado vacías; intervencionismo es que les hayamos entregado el país a los chinos, que las decisiones sobre nuestro futuro como nación provengan de la Habana…

Acogerse a la ley no es ser apátrida. Aquí hay una ruptura del orden constitucional y las evidencias son absolutamente claras: no hay convocatoria a elecciones a pesar de que los lapsos están vencidos para regionales y locales, no hay autonomía de los poderes; a pesar de que nuestro pueblo se muere de hambre y sin medicinas no se abrió el canal humanitario; hay criminalización de la disidencia; presos políticos; denuncias de narcotráfico que comprometen seriamente a funcionarios venezolanos que no se investigan; pranes que gobiernan en micro estados con el monopolio de las armas ilegales y han sumido al país en un régimen de terror, en una guerra fratricida, bajo la mirada complaciente del gobierno.
Las amenazas a lo interno solo provienen del miedo y de la certeza de que cada vez el gobierno está más cerca del aislamiento. Ya la petrodiplomacia no les funciona.

Denunciar y activar los mecanismos es nuestro deber, ¿que si tenemos o no los votos? Es asunto del gobierno no tener que llegar hasta allí. Estamos convencidos de que la mayoría de los países del continente nos apoya. Esto no es un asunto de lobby, el lobby lo hace el gobierno con el dinero de todos los venezolanos, esto es un asunto de la vida de nuestro pueblo que no solo clama por los valores abstractos, como la libertad, la democracia, no. Esto es un asunto de que nuestra gente ya no tiene comida, ni medicinas, ni seguridad personal. Se nos mueren los niños envenenados con yuca amarga, la moral se ha perdido porque hasta bandas de niños homicidas hay. Esto no es un asunto de ir a buscar votos, porque el testimonio del dolor en Venezuela es noticia en el mundo entero.

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