Esta semana visité un ancianato que probablemente sea el único lugar del mundo donde 2 adecos ya viejitos discutían acaloradamente sobre un artículo de Rafael Poleo.
La curiosidad me llevó a leer yo también el fulano artículo porque de la discusión entre los viejitos no me quedó claro el fondo del escrito.
Lo único que había entendido, antes de leer el cuento de Poleo, era que uno de los ancianos demostraba tenerle mucha rabia a un tal Granier y el otro no.
Con estos antecedentes y conociendo el oficio del escribano sospeché que al leer el artículo me iba a encontrar con una versión renovada de las viejas hazañas y hechos financieros, publicitarios y comunicacionales del señor Rafael Poleo.
Y en efecto… leer al viejo periodista no me decepcionó… o en realidad sí. Veamos.
Rafael Poleo, esta semana, quizás falto de mejor inspiración, como el muchacho que ya viejo suele recordar en los atardeceres la niña bonita que lo rechazó en el liceo –no se extrañen si el periodista intentó ser contratado por quienes hoy acusa y fue rechazado malamente por indeseable o innecesario-, nuevamente, 30 años después, lleno de resentimiento visita al viejo fantasma del Grupo Roraima.
Incluso Poleo menciona en su artículo a 3 ciudadanos quienes a su entender manejan el grupo y estarían conspirando desde las redes sociales en Miami… para inducir un golpe de estado en Venezuela: Ellos serían Marcel Granier, Rafael Alfonzo Hernández y Oscar García Mendoza, este último presidente del Venezolano de Crédito.
La acusación es directa: El Roraima desde las redes sociales estaría desprestigiando a la Mud -????- y a los partidos -????- allanando la vía a un golpe militar en Venezuela.
Debo aclarar para la inmensa mayoría de los lectores desconocedores de los hechos y denominaciones que en su artículo Rafael Poleo describe como si se tratara de material fresco, que bajo ese nombre de Roraima se cobijaron hace más de 3 décadas un grupo de grandes empresarios que infructuosamente intentaron tomar el poder para desmontar, eso decían, al monstruoso petro estado que en aquellos años manejaban políticos amigos del articulista y director del Nuevo País y de Zeta.
El Grupo Roraima nunca logró sus objetivos a pesar de haber manejado inmensos recursos en materia de finanzas, medios de comunicación masivos, aparte de tener a su servicio intelectuales prestigiosos para la época.
No obstante y después que el grupo como tal se diluyó tras perder sus jefes el poder que daba controlar entre otras instituciones una televisora nacional –RCTV-, cadenas de radio, periódicos nacionales, grandes industrias, bancos, financieras y compañías de seguros, entre las más grandes del país… pues obviando esto don Rafael Poleo hoy día alerta al país sobre un supuesto golpe de estado que el Roraima estaría propiciando.
Pero, apartando el alerta de Poleo: ¿Qué hay tras de este artículo aparentemente inocente?
¿Será verdad que nuestro país está a punto de caer en las garras del Grupo Roraima?
A mi entender es una gran payasada alertar e incluso apoyar, caso del amigo ahora exiliado en Miami Alberto Franceschi, golpes de estado a secas.
Un golpe de estado en las condiciones que vivimos en nuestro país objetivamente puede mejorar, empeorar o dejar las cosas más o menos como están. Es decir per se no es una solución… y apartando las dificultades propias sería más bien como jugar la lotería.
¿Se gana algo si el general Padrino, por poner un nombre en el brasero, inesperadamente se llegue a hacer de la Presidencia, apoyado en sus conmilitones hoy acusados de corrupción, narcotráfico e irresponsabilidad? ¿Sin cambiar las reglas de juego que hoy favorecen ladrones e irresponsables?
La respuesta todos la saben como también es del dominio público que el actual desastre que se vive en nuestro país solo se podrá comenzar a reparar dejando atrás las cucarachas mentales del estatismo, del centralismo, del socialismo, e incluso del militarismo.
Es decir que para frenar la degradación actual es necesario remar en otra dirección a la por muchas décadas acostumbrada… en dirección a una sociedad que se irá construyendo sobre las bases del capitalismo de libre competencia, la descentralización y la democracia. Algo que en manera alguna lo garantiza un golpe de estado a secas.
Pero volviendo al caso del artículo comentado, apartando que Rafael Poleo lleva años azuzando a los militares venezolanos para que se levanten. Apartando que desde su periódico Poleo comenzó lo que después constituiría estilo en nuestro país y me refiero a los “saltos de talanquera”, cuando en los noventa, siendo dirigente nacional de Acción Democrática permitió que en El Nuevo País otra gente escribiera y publicase artículos a nombre del golpista Hugo Chávez… pasando por alto todos estos “detalles”… digamos que el buen ciudadano Poleo alerta contra un presunto golpe que se prepara desde las redes sociales.
Eso sí, Poleo no dice nada sobre lo que a él no le gustaría en el caso de que esa presunta posibilidad del golpe Roraima llegue a cuajar.
Por descarte, ya que Poleo como siempre tirará la piedra y esconderá la mano para acusar a otros… digo entonces que los 3 personajes señalados por el articulista hoy horrorizado ante un presunto golpe de estado… tienen un denominador común… que a don Rafael y sus amigos les molesta.
Los supuestos jefes del Grupo Roraima son los únicos ciudadanos venezolanos con poder económico, social y mediático que decidieron enfrentar a muerte los llamados Bolichicos. Un grupo de jóvenes procedentes de la vieja burguesía y la clase media alta que se enriquecieron obscenamente mediante el procedimiento de asociarse y sobornar altos funcionarios del chavismo a través de familiares y testaferros, para obtener mil millonarios contratos en dólares con la finalidad de venderle al estado chatarra inservible empeorando la vida miserable de la población, repartir las ganancias, financiar a candidatos de la MUD y el PSUV, al cabo de lo cual pretenden ser tratados como notables emprendedores mientras se dedican a gastar sus mal habidos millones en vulgares excentricidades y francachelas de nivel narcosobrino. Esos Bolichicos como afirmo financian partidos de la Mud, algunos cercanos a Poleo.
Solo este detalle, con Roraima o no, coloca a Granier, Alfonzo y García Mendoza en un estadio moral muy superior al de Poleo que no solo pasó sus mejores años al servicio de quienes pavimentaron el camino que hundió la democracia antes de la llegada de Hugo Chávez… sino que desde su plácido exilio mayamero rezonga… porque si en vez de socialismo y mercantilismo de amigotes… por caso llega a nuestro país un gobierno decente y le da por aplicar democracia y capitalismo popular… a Poleo se le acabaría el negocito.