Los productores de petróleo de esquisto en Estados Unidos están planeando un ambicioso aumento del bombeo en las afueras de la cuenca de Permian, en Texas, lo que llevaría a un incremento que podría complicar la estrategia de la OPEP para reducir los suministros globales.
Mientras las empresas de esquisto repuntan tras una guerra de precios de dos años con la OPEP, muchos están planeando expandir la producción en Dakota del Norte, Oklahoma y otras regiones de esquisto.
El yacimiento de Permian, el más grande de Estados Unidos, ya ha registrado un salto en la producción en los últimos seis meses.
Hess Corp, Chesapeake Energy Corp, Continental Resources Inc y otras firmas detallaron sus planes de crecimiento en una conferencia energética en Houston esta semana. Los proyectos que delinearon podrían resultar en un suministro constante de exportaciones de crudo estadounidense durante la próxima década.
El aumento del peso energético de Estados Unidos ha frustrado los esfuerzos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para controlar los precios globales del crudo a través de una reducción de la producción anunciada a fines de 2016, la primera en ocho años.
El aumento de la producción en Estados Unidos fue suficiente para impulsar las reservas de crudo domésticas la semana pasada en 8,2 millones de barriles, más de cuatro veces las estimaciones de analistas consultados en un sondeo de Reuters.
El inesperado aumento del suministro hizo que los precios del petróleo en Estados Unidos cayeran más de un 5 por ciento el miércoles, a 50,49 dólares por barril.
La caída de los precios destacó el creciente impacto de la producción de esquisto en Estados Unidos sobre los suministros y precios globales relativo a países miembros de la OPEP, que una vez ejercieron una influencia dominante sobre los mercados globales.
Representantes de ambos sectores reconocieron ese cambio de poder en la conferencia energética en Houston. “Estamos sobre una base igualitaria con la OPEP hoy”, comentó Harold Hamm, fundador y presidente ejecutivo de Continental Resources, que ha invertido con fuerza en proyectos de esquisto en Oklahoma durante el último año.
Pero como lo demuestra el incremento de existencias de petróleo en Estados Unidos, los productores corren el riesgo de bombear demasiado y crear una nueva sobreoferta de crudo que podría presionar a los precios.