Juan Carlos Sainz Borgo: Tres elecciones, una sola preocupación

Juan Carlos Sainz Borgo: Tres elecciones, una sola preocupación

En un breve tiempo tres elecciones han ocurrido en el mundo cuyos resultados han sorprendido a sus países, medios de comunicación, gobiernos y en general a los habitantes de esos países y el mundo entero: en el Reino Unido, la consulta sobre la salida de la Unión Europea (UE) o “Brexit”; Colombia, la consulta sobre el proceso de paz entre la FARC-Gobierno y por último, las recientes elecciones presidenciales en EEUU.  

Comparar las tres elecciones se ha vuelto un lugar común en medios de comunicación, entre otros porque las principales encuestadoras dieron los resultados equivocados.  Además, la percepción que en la comunidad internacional se tenía de las tres consultas preveían resultados opuestos:  el Reino Unido pertenecía a la Unión Europea sin dudas; Colombia quiere la paz a cualquier precio y los EEUU después del buen gobierno del Presidente Obama elegirían a la primera mujer Presidente.  Los resultados fueron los contrarios a los esperados, de tal forma que al analizarse desde la perspectiva local querrían decir que:  el Reino Unido no quiere vivir en la Unión Europea, que Colombia no esta dispuesta a vivir en paz pagando cualquier precio y que el Gobierno de Obama ni fue tan bueno, ni quieren a una mujer presidente.

Sin embargo, estos resultados tienen un conjunto de puntos en común que es necesario resaltar. Las mayorías ganadoras en ningún momento fueron concluyente, los resultados muestran países divididos; las poblaciones votantes son distintas: los grupos ganadores fueron poblaciones rurales o de pequeñas ciudades, personas de edad adulta y menos educadas.  En otras palabras, la gente de las grandes ciudades, educadas y en su mayoría jóvenes fueron las poblaciones perdedoras, que además no votaron en masa.  Desde una perspectiva más analítica, en las agendas que defendían las opciones ganadoras había mucho populismo, en general,  culpar a otros de los problemas, no presentar soluciones y prometer respuestas efectistas sin explicar como hacerlo.

Estos puntos en común entre las tres consultas y la división que se muestra entre las diferentes sociedades, más que un problema en si mismo, parecieran ser los síntomas de complicaciones mucho más graves, que tienen que ver con los valores de la democracia misma, las formas de participación, las redes sociales y su gran papel,  la educación en nuestras sociedades e incluso la propia idea que tenemos de nuestra convivencia y de cómo la globalización efectivamente ha permeado en las ciudades en el mundo, pero para nada representa el fin de la historia.

Si además conectamos estos resultados con los problemas de gobernabilidad en España, Grecia, Bélgica y lo que se dio en llamar la primavera árabe en el medio oriente, los Gobiernos de Venezuela, Filipinas, Nicaragua por solo nombrar algunos, podemos estar en presencia de fenómenos más graves de lo que estamos dispuestos a aceptar.

La división en nuestras sociedad parece profundizarse y lo que pensamos que es una verdad sin discusión pueda estar minando las bases de nuestras democracias y la propia convivencia futura. Es más que un llamado de alerta, es una crisis que solo comienza.

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