Miguel Ángel Román: Mi táctica y mi estrategia

Miguel Ángel Román: Mi táctica y mi estrategia

La diferencia entre táctica y estrategia es que la primera ejecuta lo que se ha pensado y la otra lo piensa. Tal vez es lo que le ha faltado a la oposición: (y en un mundo tan disímil de criterios eso es normal) una definición unísona de estrategias y tácticas.

La estrategia es instrumentar bien las herramientas (tácticas) para sacar a Maduro y a sus adláteres del poder. Era y es, sentarse con las tácticas disponibles a definir una estrategia única sin titubeos.

Advierto que voy a hacer un poco de arqueología política reciente y que lo que diré no desacredita las acciones de diálogo y presión de calle.

A principios de año enfaticé como muchos que el camino para sacar a Maduro a través del revocatorio era casi imposible (ver este link https://twitter.com/cafeynoticias/status/719882502798733313).  Que era una débil táctica. Pero no voy a hacer alardes de capacidad adivinatoria pues creo que muchos sabíamos de lo intrincado de ese camino que luego defendí una vez instrumentado, pues nada hacía con seguir mis advertencias y además porque ya otras veces en política me he equivocado.

La táctica, para mí parecer, era impulsar las elecciones regionales que con el tsunami post 6D auguraban otra barrida perfecta de la oposición. Sin embargo a muchos políticos les parecían estos comicios lejanos (ya estuviéramos en campañas regionales), además de un tema de recuperaciones fragmentarias de poder y una lucha mal vista de intereses individuales de partidos políticos de oposición. Por lo tanto se desvió ese camino. “La prioridad es el país”, decían.

Entonces empezaron las otras  tácticas: Voluntad Popular habló de realizar una Constituyente. Causa R y AD hablaron de abandono de cargo (hoy vuelve el tema) y Capriles y Primero Justicia, del Referendo Revocatorio. Unos hablaron de la nacionalidad de Maduro, otros de enmienda constitucional y algunos de esperar a ver si Maduro renunciaba. En fin una disparidad de tácticas que no han conllevado a una estrategia que debe replantearse a corto plazo.

El venidero triunfo aplastante de la oposición en las inminentes elecciones de 2017 a 23 gobernaciones y 237 legisladores regionales, además de las municipales a finales del año próximo de 335 alcaldes, 2.435 concejales, 69 representantes indígenas municipales, 2 alcaldes metropolitanos y 20 concejales a cabildos distritales, es inevitable.

¿Esto debería detener el diálogo o las presiones de calle? No. Sigamos en la agenda. Pero también preparémonos para ese escenario de lucha. Hablemos de primarias regionales sin prurito. No sucumbamos ante los críticos superficiales que disparan sin analizar. Después de barrerlos seguiremos cobrando más fuertes aún.

A propósito de estrategias y tácticas reformé sacrílegamente el conocido poema de Mario Benedetti “Mi táctica y mi estrategia”. Espero lo disfruten:

Mi táctica es desenmascararte, decirle al mundo lo que sos, confrontarte en tuiter, en la calle en cualquier medio, como sos.

Mi táctica es criticarte y denunciar con palabras tu propósito indefendible de destruir el país.

Mi táctica es reunirme. Conversar, dialogar con quien sea, incluso con los tuyos, no sé cómo ni con qué pretexto pero convencerlos de lo mal que lo haces vos.

Mi táctica es marchar y decirle a la gente que solo unidos podemos, y que estaremos en cada caminata, en cada toma de esquina, en cada protesta pacífica, en cada elección en cada simulacro, para que el pueblo salga muy pronto de este gigantesco abismo.

Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple; mi estrategia es ser más fuerte cada día. Barrerte en las elecciones regionales y que un cercano día cualquiera no sé cómo ni con que pretexto, no sé si gracias al diálogo y a la presión de calle, no sé si con referendo, renuncia, o simplemente porque te canses de destruir Venezuela, por fin te vayas pal coño y dejes gobernar a los que si saben hacerlo.

Miguel Ángel Román

@cafeynoticias

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