En Venezuela no podemos hablar de diálogo, cuando las acciones del gobierno de arbitrariedad, de autoritarismo, de irrespeto a la Constitución Nacional y de violencia, son adversos para entrar en una franca negociación, donde prevalezca la paz, y se respeten todos los puntos de vista del adversario, y se trabaje en función del país. Lo demás son cuentos de camino que no nos conducirán a ninguna parte, y menos a la estabilidad política de Venezuela.
El gobierno pistola en mano y utilizando la figura del Vaticano a su conveniencia y como manipulación, ha pretendido que la oposición venezolana participe de su monólogo, porque a fin de cuentas, Nicolás Maduro lo que pretende es, que se le aplaudan todas las medidas impropias que ha tomado desde principios de año, y lo más grave aún, quiere tener el beneplácito de la oposición, para los ultrajes que ha hecho a la Constitución Nacional, pasándose los derechos del pueblo por donde ha querido.
La posición de Acción Democrática ha sido valiente, contundente y firme, si las reglas no están claras ni es el momento para un supuesto diálogo, no se puede ir a la mesa de negociación, apuntados por la cien, por Maduro y su gobierno. Es decir, no vamos a ser cómplices de reuniones ocultas, aisladas y privadas, porque eso es hacerle el juego al oficialismo, y actuar de espaldas a un país que nos exige transparencia, verdad e intención para dar un viraje a toda la confrontación existente que ha sido generada por quien hoy es Presidente de la República.
La Asamblea Nacional, a la cabeza de nuestro Secretario General Nacional, Henry Ramos Allup, inició desde el domingo pasado, una posición histórica para el rescate del hilo constitucional y de nuestra democracia, en virtud de la violación de la Constitución Nacional y del derecho político de cada venezolano, que hizo el gobierno nacional, cuando apeló a instancias sin competencia en la materia, para suspender por razones más que obvias, el proceso de recolección del 20% del padrón electoral para la activación del Referéndum Revocatorio, anunciado por el propio Consejo Nacional Electoral, para los días 26, 27 y 28 de octubre.
Ahora bien, con mayoría calificada la Asamblea Nacional aprobó iniciar un juicio político contra el Presidente de la República, Nicolás Maduro, por los abusos de poder que ha cometido como máxima figura del Ejecutivo nacional, y por la violación flagrante de la Constitución Nacional, lo que se constituye en un Golpe de Estado a la Carta Magna. No obstante, esto no puede interpretarse como una conspiración, sino como un ejercicio de justicia y de defensa a la Constitución Nacional, en defensa de los derechos legítimos del pueblo venezolano.
No puede haber paz sin justicia, tampoco puede haber diálogo sin condiciones, y peor aun, si es utilizado por una de las partes para chantajear y manipular a un colectivo, que es precisamente lo que persigue el gobierno nacional, porque con acciones tan burdas como el intento de asalto al parlamento nacional, con la persecución y la violencia hacía la dirigencia opositora, y con un clima de confrontación como el que han generado, es imposible propiciar una conversación alguna.
Antes es menester, aclarar en el marco constitucional todas estas irregularidades y violaciones jurídicas en las que ha incurrido el gobierno nacional, al pretender de un zarpazo ultrajar los derechos políticos de los venezolanos y dar un golpe a la Constitución Nacional, al hacer interpretaciones amañadas y oscuras de su articulado para beneficio de una cúpula.
Clever Lara
Secretario de Organización
Acción Democrática Aragua
@cleverlaraad