Miles de brasileños volvieron a concentrarse hoy en el centro de Sao Paulo para mostrar su descontento con el Gobierno del presidente Michel Temer, quien juró el cargo el pasado miércoles tras la destitución de Dilma Rousseff por parte del Senado.
EFE
Por séptimo día consecutivo, una marea de ciudadanos se concentró en la emblemática Avenida Paulista, considerada el corazón financiero de Brasil, y se dirigió a la plaza Largo da Batata, en la zona oeste de la ciudad.
La gran mayoría de las decenas de miles de manifestantes vestían de color rojo, característico del Partido de los Trabajadores (PT) del cual hace parte la expresidenta, y muchos coreaban el habitual “Fuera Temer”.
A diferencia de lo ocurrido en algunas de las manifestaciones previas que tuvieron lugar esta semana, la concentración de este domingo transcurrió de manera pacífica y no se registraron enfrentamientos con la Policía.
Las autoridades de la ciudad habían considerado desautorizar esta manifestación por celebrarse en la Avenida Paulista, por donde hoy también debía pasar la antorcha de los Juegos Paralímpicos, sin embargo, finalmente optaron por permitir que los ciudadanos se manifestaran unas horas después del paso de la llama.
El recorrido de la antorcha se produjo sin ningún tipo de incidente, pese a que ya comenzaban a concentrarse algunas personas que tenían previsto acudir a la manifestación, que fue convocada por organizaciones sociales como el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y la Central de Movimientos Populares (CMP).
“Queremos ‘directas ya’, es lamentable que treinta años después el pueblo tenga que volver a las calles por el mismo motivo”, declaró al diario Folha de Sao Paulo el líder del MTST, Guilherme Boulos, en referencia a las elecciones presidenciales directas que exigían los brasileños en los últimos años de la dictadura militar.
De igual forma, por la mañana unas 2.000 personas respondieron a la llamada de esas organizaciones y se manifestaron en la Avenida Atlántica, que recorre la emblemática playa de Copacabana, en Río de Janeiro.