Colombia: Acuerdo de paz y plebiscito, por Gustavo Romero Umlauff

Colombia: Acuerdo de paz y plebiscito, por Gustavo Romero Umlauff

En el pasado mes de junio, en la ciudad de La Habana, el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) firmaron un histórico pacto para alistarse a la conclusión del conflicto armado en ese país que comprendería el cese definitivo al fuego de una conflagración interna por más de cincuenta años y la renuncia a las armas, así como el desarrollo de un mecanismo para respaldar los acuerdos de paz celebrado entre las partes, entre otros aspectos.

Por gustavoromeroumlauff@gmail.com / @GRomeroUmlauff

No obstante, que la Corte Constitucional de dicho país ha dado luz verde al mecanismo que determinará su eventual aprobación o rechazo a los acuerdos logrados entre el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y las Farc, existe todavía un alto porcentaje de colombianos que podrían oponerse a dichos compromisos haciendo irrealizable –por el momento- la convivencia en paz en la nación cafetera.

Incluso ya se especula que en un probable referéndum, un gran sector de la so-ciedad colombiana podría inclinar la balanza en contra de los acuerdos arribados entre el régimen de Santos y la guerrilla. Algo, por supuesto, quepreocupa no sólo al propiogobierno sino a los países de la Región.

Si bien, luego de la suscripción de los acuerdos subió la intención de voto a favor de un plebiscito, el incremento no resultó ser tan significativo pues sólo un 36% respaldarían los compromisos arribados entre las partes beligerantes frente a un 33% que lo apoyaba hasta antes de ese histórico acontecimiento.

Este poco ascenso registrado en las encuestas se podría deber a que existe to-davía una enorme polarización entre sus ciudadanos en relación a este espinoso tema.Quizás lacarencia de carisma haga difícil al presidente Santosllegar a buen puerto su cruzada en favor del plebiscito.

Claro está que la presencia del expresidente Álvaro Uribe, tenaz opositor a los acuerdos alcanzados con las Farc, viene cosechando una favorable imagen –que es muy superior a la del Presidente Santos- y que dinamitaría cualquier posibilidad de entendimiento entre los contrincantes.

A decir de algunos analistas, la lógica de ese rechazo se podría deber a una clara resistencia a alcanzar la paz “a cualquier precio”; de manera que el reto del gobierno colombiano estará en entusiasmar a sus ciudadanos en las bondades que los acuerdos podrían traerle en el futuro y donde el índice abstencionismo es tan alto que usualmente ha sido superior al 50% de los electores registrados. Con esa experiencia aflora una sombra de incertidumbre no sólo para ese país sino para las naciones vecinas que podría desestabilizar la moderada apacibilidad en esta parte del Continente.

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